Ceres -el planeta enano- revela algunos de sus secretos mejor guardados en dos nuevos estudios publicados en la Revista Nature. En uno de ellos, los científicos identifican los puntos brillantes en la superficie como un tipo de sal. El segundo estudio sugiere la detección de arcilla rica en amonio. Esto ha generado un conjunto de nuevas preguntas como el origen de la formación del propio Ceres.
Sobre los puntos brillantes, Ceres tiene más de 130 áreas brillantes y la mayoría de ellas se asocian a cráteres formados por impactos. Los autores del estudio, lidereados por Andreas Nathues, del Instituto Max Planck la la Investigación del Sistema Solar, en Göttingen, Alemania, escriben que el material brillante es consistente con un tipo de sulfato de magnesio llamado hexahidrita. Un tipo diferente de sulfato de magnesio es muy familiar en la Tierra y se conoce como sal de Epsom.
Nathues y sus colegas, usaron imágenes de la cámara de la sonda Dawn, en donde se sugiere que estas áreas ricas en sales, se quedaron en esos sitios cuando el agua-hielo se sublimó en el pasado. Los impactos de asteroides podrían haber desenterrado esta mezcla de sal y hielo. «La naturaleza global de los puntos brillantes en Ceres sugiere que este mundo tiene una capa debajo de la superficie que contiene agua-hielo», indica Nathues. Por otra parte, la superficie de Ceres, cuyo diámetro promedio es de 940 kms., es generalmente oscura, similar al brillo del asfalto fresco, escribieron los autores. Los parches brillantes que salpican la superficie representan un amplio rango en brillo, con las áreas más brillantes reflejando cerca del 50% de la luz del sol que brilla en el área. Cabe decir que no hay detección (sin grado de ambigüedad) de agua-hielo en Ceres. Se requieren más fotos de alta resolución para zanjar este problema.
La porción interna del cráter llamado Occator contiene el material brillante que se ve en las fotos de Ceres. Occator mide unos 90 kms. en diámetro y la parte cubierta con el material brillante mide aproximadamente unos 10 kms de ancho y 0.5 kms de profundidad. Las partes oscuras, posiblemente fracturas, atraviesan la región. Considerando sus bordes afilados y paredes del cráter, posiblemente Occator podría ser una de las características más jóvenes de Ceres. La misión Dawn ha estimado esto en algo así como 78 millones de años.
Los autores del estudio dicen que Occator aparece con ciertas áreas difusas que llenan el piso del cráter. Esto podría asociarse a vapor de agua en Ceres, como reportó el observatorio espacial Herschel en el 2014. La neblina parece que se presenta durante el mediodía en Ceres. Esto sugiere que el fenómeno es parecido a la actividad en la superficie de los cometas, con partículas de vapor de agua flotando. Sin embargo, se requieren más análisis para tratar de probar esta hipótesis. «El equipo de ciencias de Dawn todavía está discutiendo estos resultados y analizando los datos para tratar de entender qué pasa en Occator», dijo Chris Russell, investigador principal de la misión, con base en la Universidad de California, en los Ángeles.
En el segundo estudio, los miembros de la misión Dawn examinaron la composición de Ceres y hallaron evidencia de arcilla rica en amonia a partir de datos de los espectrógrafos en el visible e infrarrojo. El hielo de amonia podría ser lo que se estuviese evaporando en Ceres hoy día, porque el planeta enano es muy caliente. Sin embargo, las partículas de amonia podrían ser estables si se presentan la combinación de otros minerales.
La presencia de compuestos de amonia hace pensar que Ceres quizás no se originó en el cinturón principal de asteroides entre Marte y Júpiter, donde reside actualmente, sino que se formó fuera del sistema solar. Otra idea es que Ceres se formó cerca de su posición actual, incorporando materiales que salieron de otros planetas, por ejemplo, de Neptuno, donde el hielo de nitrógeno es térmicamente estable.
«La presencia de compuestos con amonia sugieren que Ceres está compuesto de materiales en donde el amonio y el nitrógeno son abundantes. Consecuentemente, pensamos que este material se originó fuera del sistema solar, en una parte muy fría», dice María Cristina de Sanctis, líder del estudio, cuya sede está en el Instituto Nacional de Astrofísica, en Roma.
El estudio también mostró que en la superficie del planeta Ceres, la temperatura va de 180 a 240 grados Kelvin. Las temperaturas máximas se encuentran en la región ecuatorial. De hecho, son tan altas en esa región del planeta que no se puede tener hielo superficial por mucho tiempo, indican los autores, aunque requieren de más estudios.
Dawn esta semana llegó a su órbita final de altitud, unos 385 kms de la superficie de Ceres. A mediados de diciembre la sonda tomará fotografías incluyendo imágenes de 35 m. por pixel, en infrarrojo, rayos gamma, entre otros espectros.
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