Un grupo de connotados científicos del Reino Unido, incluyendo al Profesor Stephen Hawking, están pidiendo que el gobierno declare el perdón a Alan Turing por ser un convicto criminal. En ese entonces Turing fue acusado de perversión y homosexualidad, y condenado a la cárcel o a la castración química. Turing eligió la segunda. Poco tiempo después -se dice- se suicidó, aunque hay quienes rechazan esto, indicando que el científico se envenenó sin querer.
El siguiente texto apareció en la edición del viernes pasado del periódico The Telegraph:
Los firmantes son de un perfil muy alto en la Gran Bretaña. Incluye a Lord Sharkey, quien es miembro de la propuesta formal que se está haciendo a la Cámara de los Lores. Se acompaña a esta propuesta un documento firmado por unos 23,000 internautas.
En febrero de este año, el Ministro de Justicia, Lord McNally, rechazó la petición diciendo: “un perdón en estos momentos no es apropiado pues Alan Turing fue convicto de lo que en su tiempo era una ofensa criminal”.
La carta de este viernes pasado ha abierto un debate controversial, en donde la idea principal es que Turing fue tratado injustamente, cosa que aceptó el Primer Ministro Gordon Brown en el 2009, cuando se disculpó sobre el trato que el científico recibió.
Un argumento en contra del perdón a Turing es que él fue uno entre los miles de casos en donde se persiguió y encarceló por su condición homosexual, y se arguye que sería imposible extender el mismo tratamiento a otras víctimas. Un columnista del The Guardian, en un artículo al respecto dice que aún hay bullying homofóbico hoy día por lo que resulta absurdo otorgarle el perdón a Turing cuando prevalecen estas situaciones: ” En realidad, es el gobierno que debería buscar el perdón de Alan Turing, pues en más de 50 años no ha habido un cambio significativo en este tema”.
Otro aspecto controversial tiene que ver precisamente con la temprana y trágica muerte de Turing. El Profesor Jack Copeland, en junio de este año, en el centenario del nacimiento del científico, dice que la muerte de éste pudo haber sido accidental, apuntando al hecho de que la policía nunca hizo pruebas sobre la manzana que Turing comía cuando encontró la muerte y que pudo contener cianida. Copeland piensa que inhalar los vapores de la cianida de un experimento que hacía el propio Turing pudo haberlo llevado a la muerte. Insiste que Turing disfrutaba de la vida y que estaba lejos de estar deprimido. Pidió que se reabriera el caso.
Referencias: