Desde hace tiempo, Netflix ha buscado la forma de eliminar la práctica común, que consiste en que las personas compartan sus cuentas con familiares o terceros.
En los últimos días, Netflix ensaya un nuevo sistema para cobrar a sus usuarios una tarifa extra en el caso de que estén compartiendo su contraseña con gente que no se encuentra en su mismo domicilio.
Además, esta medida viene seguida de un incremento en los precios del servicio de Netflix.
Netflix aviva la polémica.
Derivado de lo anterior, quedó abierto el debate si esta nueva tarifa de Netflix (de 3 dólares en Gringolandia) cumple con un propósito relacionado con la ciberseguridad o simplemente es un recurso de la plataforma para ganar más dinero.
Ojo, la propuesta de Netflix no es descabellada, ya que es innegable que compartir la contraseña es un riesgo de ciberseguridad.
En este sentido, el movimiento de la plataforma de video sobre demanda podría estar justificado en aras de la protección de los usuarios. Sin embargo, cobrar una tasa no impide a los usuarios seguir compartiendo su contraseña, con lo que no parece que esta sea la intención del servicio de streaming.
Ahora bien, muchos usuarios se cuestionan si es legal que Netflix cobre por compartir la contraseña, pero lo cierto es que la compañía está en su derecho de incrementar el costo por este hecho pero le costaría una caída en su cantidad de suscripción y llevar de la mano a sus usuarios con la competencia.
Sin embargo, es evidente que esta tarifa está pensada para un modelo de familia que no encaja con la realidad, en la que resulta normal que tres o cuatro personas de la misma familia puedan pagar por una misma cuenta de Netflix aunque no vivan bajo el mismo techo.
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