Llegaron hace un poco más de un año. Primero en formas y modelos bastante “toscos” y con pocas funciones. De hecho, los primeros relojes inteligentes que conocí fueron de origen chino que, básicamente, ofrecían las funciones de un teléfono celular en una especie de reloj bastante grande, difícil de operar y estéticamente poco agraciado. De cualquier forma, pasaron desapercibidos ya que los principales fabricantes de tecnología de consumo no lanzaron nada al mercado y, por ende, el impacto fue mucho menor.
¿Qué tienen en común Apple, Samsung, Microsoft, Google y demás empresas estrella de la tecnología? Una gran y pesada maquinaria de mercadotecnia, además de millones y millones de dólares para gastar en publicidad, promoción y todo lo que tenga que ver con impulsar sus productos. Eso, precisamente, no tienen las primeras firmas que lanzaron relojes inteligentes hace un par de años.
Ahora, parece que buscando nuevas formas de ganar dinero, salieron hace pocos meses los primeros productos de algunas de estas importantes firmas. El reloj inteligente de Samsung, por ejemplo, sólo funcionaba con algunos modelos de sus propios celulares, limitando de forma importante su mercado. Posteriormente aparecieron otras versiones más estilizadas y con algunas funciones adicionales. Por ahí estaba Sony también lanzando sus primeros modelos de reloj inteligente, aunque compatibles con más dispositivos, las funciones siempre fueron limitadas: avisar en la pequeña pantalla de nuevos mensajes, llamadas y notificaciones en general.
Llegamos hasta el pasado evento Google I/O donde son presentados los últimos modelos de tres titanes de esta industria: Samsung, LG y Motorola. El común denominador: utilizan el mismo sistema operativo y son compatibles con casi cualquier celular con Android.
Viene en un poco más de una semana el esperado evento de Apple, donde el 9 de septiembre por fin conoceremos qué es lo que lanzará la firma, además de todo lo que ya hemos visto del “iPhone 6”, que si son dos nuevos tamaños, que si tiene zafiro, etc., la verdad es que podemos esperar un teléfono más grande pero quién sabe qué otras sorpresas o funciones sean mostradas ese día.
¿Habrá un iWatch o reloj inteligente? Hasta el momento siguen siendo rumores, sin embargo, el hecho de que Apple lance uno de estos aparatos servirá como punto de comparación con todos los demás. ¿Por qué? De existir tal producto no puede ser igual a los de la competencia, ya que Apple se ha encargado por años de crear un “sistema cerrado” donde todo lo que ostenta el símbolo de la manzana funciona de forma fluida, sin tener que pelearse con configuraciones y demás detalles técnicos. Al conocer lo que han hecho los demás, es posible, sólo posible, que Apple ofrezca más que los otros.
Ahora bien, ¿necesitamos un reloj inteligente de cualquier fabricante? Gran pregunta sin una respuesta simple. La primera aproximación es: no. He podido probar y usar algunos y la verdad es que todavía no le encuentro la gran utilidad, no veo cómo pueden ser “the next big thing” como se dice en el argot tecnológico. Uno de sus principales problemas -técnicos- es que la batería no dura días ni semanas, sino horas. Por otro lado, las funciones no son realmente tan “innovadoras”, es decir, ver en la pantalla que tienes un nuevo correo, que alguien llama, que te dieron un Like o contestaron tu mensaje en WhatsApp, sigue siendo sólo una forma de avisar que tienes que ver tu celular … pero ya vivimos con ese aparato a 10 centímetros -o menos- de distancia, día y noche, ¿vale la pena un reloj inteligente?
El mercado y la forma de vender los productos creo que nos darán la razón en el corto y mediano plazo. Yo sigo preguntándome porqué las empresas de tecnología hacen relojes inteligentes y no las empresas relojeras con décadas de tradición se ponen a inventarlos. ¿Será tan difícil? No lo creo. Más bien debe ser un asunto de maduración de mercado. Las firmas tradicionales de relojes de consumo como Swatch, Casio, Timex, Citizen, ¿por qué no tienen decenas de opciones hoy en día compatibles con cualquier smartphone? Y no menciono a ninguna casa relojera europea de tradición, esas que venden sus piezas en precios exorbitantes y que van dirigidas a personas que les gusta coleccionar objetos muy costosos, que de casualidad se llaman relojes.
Así es que, ¿realmente necesitamos un reloj inteligente? Espero tus comentarios.