Las sondas Voyager 1 y 2 son las naves espaciales que la NASA tiene ya en el espacio profundo. La primera fue lanzada el 15 de septiembre de 1977 desde Cabo Cañaveral y la segunda, la Voyager 2, salió de la Tierra el 20 de agosto de 1977. La primera sonda pasó por Júpiter en 1979 y llegó a Saturno en 1980. La segunda pasó por Júpiter y Saturno para llegar a Urano y Neptuno en 1989. De hecho esta sonda es la única que ha visitado estos dos planetas.
Las misiones Voyager tenían varias misiones: la primera era acercarse a los planetas mencionados y después, partir en un eterno viaje por el Universo, con la esperanza de que alguna civilización extraterrestre eventualmente las capturara y pudiese saber más de nosotros, el homo sapiens. Para ello, ambas misiones llevan un disco de oro con una selección de una hora y media de música proveniente de diversas culturas del mundo. Hay un saludo en 55 idiomas así como un saludo del que fuese en ese momento el Secretario General de las Naciones Unidas.
Por otra parte, el disco contiene una mezcla de sonidos característicos del planeta Tierra y 115 imágenes (más una de calibración) donde se explica, en un lenguaje científico, la localización del sistema solar, las unidades de medida que se utilizan y las características de la sociedad humana y de la propia Tierra que habitamos. El disco fue ideado por un comité científico, presidido en su momento por el ya desaparecido Carl Sagan, quien refiriéndose al mensaje del disco indicó: «el objetivo principal no es el ser descifrado, por el hecho de que su simple existencia pone de manifiesto la de los humanos, así como sus esfuerzos por contactar a otras especies inteligentes que pudiesen existir fuera del sistema solar». El disco puede ser escuchado aquí o aquí.
Hoy las sondas estudian el ambiente del sistema solar exterior y hay esperanzas de que tengan suficiente energía para llegar a la zona denominada heliopausa, el cual es un límite teórico aproximadamente circular o en forma de lágrima, que señala el límite de influencia del Sol. Afortunadamente ambas naves tienen generadores nucleares que permiten que a treinta y tantos años de su lanzamiento, puedan seguir mandando información a la Tierra. En el 2003 la Voyager 1 envió datos que indican que pudo haber llegado a la heliopausa, pero esto aún se discute. El 15 de agosto del 2006 la Voyager 1 alcanzó la distancia de 100 Unidades Astronómicas (UA), es decir, más de 15 mil millones de kms. del Sol.
Y aunque la idea de tener naves terrestres en el espacio profundo, problemas en el presupuesto de la NASA podrían acabar con el seguimiento de estas misiones, las cuales siguen siendo controladas aún por un equipo de diez científicos. Sin embargo, si se cancela esto, las Voyager podrían seguir mandando mensajes e información que quizás ningún ser humano estaría ya pendiente de revisar.
El 13 de septiembre de 2013, la NASA dijo que la Voyager 1 se convirtió en el primer objeto creado por el hombre en alcanzar el espacio interestelar, (pero no en abandonar el sistema solar, pues este se extiende hasta más allá de la nube de Oort, que comienza a una distancia de alrededor de 2000 UA del Sol), mientras que la sonda Voyager 2 está a poco más de 112 UA del Sol. Se sabe que la Voyager 2 está ya a unos 20 mil millones de kilómetros de nuestro planeta.