Kaspersky Lab es una empresa rusa de antivirus que con los años se ha convertido en uno de los jugadores más importantes en este nicho de mercado. Pero en Estados Unidos surgió hace poco la sospecha que la firma antivirus estaba ayudando al gobierno de Putin a espiar a los estadounidenses, a través precisamente de su software. Por ello, se planteó un veto a Kaspersky y ya varias empresas en los Estados Unidos han decidido no vender más el software antivirus ruso.
Esta medida, sin duda, le pega a las finanzas de la compañía antivirus rusa y por ello, han decidido tomar medidas sin precedentes en este sentido. Ahora ofrece mostrar a expertos independientes su código en una iniciativa de transparencia global, por lo que abrirá su código.
En un plan de cinco puntos que elaboró Kaspersky el lunes pasado, prometío acceder no solamente a su software, sino a las prácticas de la compañía en lo que se refiere al manejo de datos. Adicionalmente, la empresa dijo que pagará 100 mil dólares a aquel que identifique vulnerabilidades. Igualmente establecerá tres centros de “transparencia”, para lidiar con todos los problemas de seguridad con los clientes, socios y gobierno.
“Necesitamos restablecer la confianza en las relaciones con las compañías, gobierno y ciudadanos y es por ello que estamos lanzando esta iniciativa global de transparencia: queremos mostrar como es que somos totalmente abiertos y transparentes”, dijo el CEO de la empresa antivirus, Eugene Kaspersky. “No tenemos nada que esconder. Y yo creo que con estas acciones seremos capaz de terminar con este esquema de desconfianza que ha surgido en los últimos meses, así como nuestro soporte y compromiso para proteger a las personas en cualquier parte del planeta”, comentó.
Kaspersky, el antivirus, es un programa de protección que se ha instalado en un estimado de 400 millones de equipos en el mundo. Es claro que una mala propaganda puede echar por tierra el mejor de los negocios. En este planeta, más que globalizado, estamos empezando a ver el efecto mariposa de la teoría del caos, en donde un aleteo en Kansas de una mariposa puede causar una tormenta feroz en Japón, por ejemplo.
Curiosos son los comentarios de Eugene Kaspersky: “La balcanización de Internet no beneficia más que a los criminales. Reduce la cooperación entre países y ayuda a los malos en sus operaciones, y además, las asociaciones públicas y privadas no trabajan como deberían hacerlo. Internet fue creado para unir a las personas y compartir el conocimiento. La ciberseguridad no tiene fronteras, pero el intento de introducir fronteras nacionales en el ciberespacio es contraproducente y debe detenerse”. Esta declaración habla de la importancia que puede tener el veto sobre la empresa antivirus que tiene ya dos décadas de haber sido creada.
Cabe señalar que en julio pasado Kaspersky hizo una oferta de mostrar su código fuente al gobierno estadounidense. Pero la propuesta no fue tomada en serio. Ahora el anuncio más reciente ocurrió dos días antes de que la Cámara de Representantes discuta el asunto de la empresa y el veto contra la misma. En junio de este año se lanzó la iniciativa en el Senado para restringir al gobierno de los Estados Unidos y de sus asociados el uso del antivirus ruso, debido a que “hay un consenso en el Congreso y entre los funcionarios de la administración de que Kaspersky Lab no es confiable para proteger la infraestructura crítica”. La propuesta, la cual dice Kaspersky que se basa en “teorías de conspiración sin fundamento”, no ha pasado aún, pero hay presión por parte de la Dirección del Departamento de Seguridad Interna.
Hay que decir que el creador de Kaspersky Lab fue un estudiante de la Academia de la KGB en los años 80s, y ha enfrentado años de alegatos sobre sus nexos con el Kremlin, pero no ha pasado a mayores todos estos comentarios.