El físico teórico británico, probablemente el más importante después de Einstein, falleció este 13 de marzo, de acuerdo a un vocero de la familia. Hawking, quien nació en 1942, fue uno de los cosmólogos con mayor influencia en su campo. Sin embargo, quizás la gente lo recuerde más por sus discapacidades físicas, que lo mantuvieron gran parte de su vida en una silla de ruedas.
Hawking tenía el mal de Lou Gehrig, que es lo que se llama Esclerosis Lateral Amiotrófica o Mal de Charcot, definida como una enfermedad progresiva causada por la degeneración de las neuronas motoras y raíces neurales que controlan los movimientos musculares voluntarios.
En general la función cognitiva no es afectada, excepto en las ciertas situaciones donde se asocia a demencia frontotemporal. El sistema nerviosos autónomo y sensorial generalmente permanecen funcionales. La condición es llamada Enfermedad de Lou Gehrig, en honor al Jugador de Baseball de los New York Yankees, quien fue diagnosticado con la enfermedad en 1939 y murió de ella en 1941 a la edad de 37 años de edad.
El científico británico se le conoce por su trabajo sobre los agujeros negros y la relatividad, y fue el autor de muchos libros de ciencia popular en los que destaca «Una Breve Historia del Tiempo». Le sobreviven sus hijos Lucy, Robert y Tim, quienes dijeron estar muy tristes pues «nuestro querido padre ha fallecido». Los desarrollos de Hawking, sin lugar a dudas, tendrán un sitio en la historia y serán un legado vivo por muchos años.
Stephen Hawking alguna vez declaró que «No sería un gran universo si no fuera el hogar de las personas que amas». Descanse en paz.