En la actualidad, la sobrepoblación se ha vuelto un conflicto latente y alarmante. Ir a cualquier lugar se ha convertido en una historia de terror: gente en todos lados, tránsito constante, filas inmensas en donde sea. A veces hasta podríamos llegar a pensar que quedarse en casa es la mejor solución y alternativa para no tener que lidiar con todo el flujo de sociedad.
Por dichos motivos, la gente estaría dispuesta a pagar cualquier servicio que ofreciera ventajas destacables en cuanto a movilidad, comodidad y seguridad. Uber, en sus inicios, supo a la perfección cómo ganarse la confianza en los ciudadanos, ofreciendo un gran servicio de transporte con precios accesibles y sin conflictos de inseguridad.
Como era de esperarse, gran parte de la sociedad, a nivel internacional, no pensó ni dos veces en migrar a la plataforma, pues los taxistas implementados por el gobierno no eran del todo confiables; en cualquier momento se corría el riesgo de ser asaltado, secuestrado o violado. Uber parecía ser la solución perfecta a todos los problemas de transporte. ¿Quién no querría ir en un automóvil en buen estado con un chófer confiable a la orden del día?
Al principio, los fieles usuarios de Uber defendían a la compañía de los taxistas, quienes se dedicaban a atentar contra los chóferes trabajadores. Incluso se llegaron a escuchar casos en los que los taxistas pedían el servicio de Uber a través de la app para después robar los carros y golpear a los chóferes.
Sin embargo, Uber dejó de ser del agrado de todos por diversos casos de acoso sexual, agresiones verbales, problemas internos en la compañía, espionaje, al igual que conflictos con las autoridades. La compañía pasó de ser la alternativa ideal de movilidad, a tener una imagen empresarial carente de reputación.
En esta ocasión, lo que está sucediendo con Uber es el colmo de los colmos. La compañía tendrá que recompensar decenas de millones de dólares a sus conductores en Nueva York, debido a que aparentemente hubo un error de cálculo con los salarios.
La compañía indicó que cada conductor afectado recibirá una reintegración de aproximadamente 900 dólares, cifra que podría incluir intereses. El dinero que será proporcionado a cada conductor es mínimo, pero Nueva York cuenta con decenas de miles de chóferes.
Todo sucedió por haber estado calculando erróneamente sus comisiones con base en una tarifa bruta ante la deducción de impuestos y cuotas. Ahora la comisión será calculada con una tarifa neta, de acuerdo a su política nacional.
Rachel Holt, gerente de Uber en Estados Unidos y Canadá, mencionó que la empresa se equivocó, pero que estará comprometida a solucionarlo pagando a cada conductor cada céntimo que se les deba, más intereses, tan rápido como sea posible.
«Queremos trabajar duro para recuperar la confianza de los conductores y eso significa ser transparente, mantener nuestra palabra y mejorar la experiencia de Uber de principio a fin».
Además de los conflictos con los clientes ciudadanos, Uber también se ha caracterizado por tener problemas con sus conductores, ya sea por salarios bajos, agresiones verbales y denigración.
Referencias: Recode, Wall Street Journal