La tradición -quizás mexicana- del ratón que da premios a los niños que se les cae un diente es ya antigua. Aparentemente en otras partes del mundo se manejan fantasías similares y en Estados Unidos no es la excepción, en donde el lugar de un “ratón” es una hada. Jeff Highsmith, sin embargo, decidió un sistema muy complejo para dotar a su hijo de un premio cuando a este se le cayera un diente. He aquí lo que hizo.
La razón del proyecto, dice Jeff, es que en este mundo moderno, el hada que otorga premios en Estados Unidos a los niños de ese país que mudan un diente, tendría mucho trabajo e ir de casa en casa para entregar el premio correspondiente parece ser una tarea monumental. Jeff calcula que 7,103,000,000 de visitas tendría que haber hecho alguna vez (pues ésta es la población mundial). Por ello, decidió ayudarle a dicha hada creando un sistema de transmisión de premios usando un transporte neumático, como el que hay en algunas empresas para mandarse información o pequeños objetos a través de una tubería que absorbe cápsulas para llevarlas de un lado a otro.
Para ello usó una Raspberry Pi, la cual sirve como interfaz usando Hype, quien le permite hacer una rápida animación de los movimientos de la cápsula a través de la red de tubos que va de un lado a otro. Jeff espera eventualmente intercambiar mensajes con “las creaturas de la noche”, como su hijo las llama. Así, el inventor decidió agregar botones para Santa Claus y la Pascua. La interfaz en HTML5 puede incluso hacer sonidos y música, si se desea.
Parte de la programación involucra el hardware usado y para ello la Pi hace muy bien su trabajo. Jeff pone el código fuente en Python para manejar el hardware de su invento y además, está accesible a quien le interese.
La Pi no necesita saber la dirección de envío, es decir, si quiere mandar o recibir una cápsula. El inventor no halló, cuando diseñó su invento, válvulas electrónicas que fuesen económicas, por lo que decidió que su uso debería ser manual. Para mandar una cápsula, la válvula debe estar cerrada (para prevenir un gasto inútil del vacío generado) y la puerta abierta (para absorber la cápsula desde la otra estación). La interfaz web instruye al usuario qué hacer para dirigir el flujo del aire adecuadamente, lo cual finalmente le da un toque más divertido que solamente apretar un botón virtual. Y aunque las válvulas son bastante duras para ser giradas por un niño, Jeff piensa hacer unas palancas enormes (como la de las puertas de los submarinos, quizás), para añadir un atractivo extra al sistema.
El autor ha puesto todo en hardware y software abierto, pero como él mismo aclara, tiene cierta experiencia haciendo tareas caseras de construcción. Sugiere que no se use cerca de tuberías donde haya digamos, cables eléctricos. De hecho recomienda un prototipo que puede bien armarse en el jardín. El punto es divertiurse armando todo este juguete posmoderno.
Referencias: