Las organizaciones globales siguen luchando contra la creciente ola de ataques específicos de aplicaciones tanto móviles como web.
De hecho, el 50 por ciento de todos los sitios fueron vulnerables a por lo menos una vulnerabilidad explotable grave a lo largo del año pasado, esto de acuerdo con un informe de NTT Application Security.
El informe es el producto de un análisis exhaustivo de los datos generados a partir de más de 15 millones de escaneos de seguridad de aplicaciones realizados por organizaciones durante 2021.
Un año que será recordado como uno de los más importantes para el panorama más amplio de ciberseguridad; y tiene como objetivo proporcionar conclusiones procesables para los equipos de seguridad así como desarrollo responsables de proteger las aplicaciones web que ejecutan su negocio.
Aplicaciones vulnerables.
Destacados por el ataque al Oleoducto Colonial, la orden ejecutiva del presidente Biden para mejorar la seguridad cibernética de la nación, además de las consecuencias continuas de Log4j.
Los eventos del año pasado pusieron la seguridad de las aplicaciones al frente de todas las conversaciones. A pesar del gran impulso para remediar las vulnerabilidades críticas en las aplicaciones del sector público y privado.
Estos eventos, junto con el crecimiento explosivo de las aplicaciones web acelerado por la pandemia del coronavirus, así como la rápida adopción de prácticas modernas que permiten a los desarrolladores crear y ofrecer funcionalidades valiosas de forma rápida, han llevado al mercado a un punto de inflexión en la forma en que se abordan las pruebas de seguridad de aplicaciones.
Preparadas.
La industria de las finanzas y seguros, con un 43 por ciento, fue el más bajo de sitios expuestos perpetuamente a lo largo del año pasado, mientras que la industria de servicios profesionales, científicos y técnicos, con el 65 por ciento, tuvo el mayor porcentaje de aplicaciones expuestas.
Mientras que el tiempo promedio para corregir una vulnerabilidad crítica en 2021 terminó 1.7 días antes de lo que comenzó; es decir 193. La industria de la educación tuvo el tiempo de reparación más largo con sus 523 días; casi 335 días más que la administración pública.
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