En un par de días Microsoft habrá cerrado su promoción de hacerse de Windows 10 de manera gratuita. Quienes no hayan actualizado aún, bien podrían probarlo. Si no les satisface, se puede regresar a la versión que antes tenían sin ningún problema. Es quizá una manera de probar sin padecer ninguna dificultad si, por la razón que sea, no le convence al usuario el nuevo sistema operativo.
La realidad es que eso de que Microsoft «regale» la versión 10 de Windows parece sospechoso. Los administradores de empresas suelen decir que «no hay comida gratis» (there is no a free lunch), queriendo indicar que si alguien te invita a comer, sobre todo en el ámbito de los negocios, es porque quiere algo de ti: un contrato, alguna ventaja comercial, etcétera. Y no es que tenga nada de malo. Así es el mundo de los negocios.
Pero claramente Microsoft está apostando a una especie de entorno universal basado en la plataforma Windows 10. Busca, de alguna manera, que este sistema operativo se vuelva parte de las tablets, laptops, teléfonos e incluso el Internet de las cosas (IoT – Internet of Things).
Claro está que para ello requieren que todo su medio ambiente defina las aplicaciones (para que todas ellas puedan correr en todo el ecosistema), que los drivers sean estándar en su propia plataforma, etcétera. Es un plan de largo alcance «para dominar el mundo».
Por ello, no es de extrañar que Microsoft haya decidido controlar qué software pueden utilizar sus usuarios. Ha anunciado que solamente los manejadores (drivers), firmados (autorizados pues), por Microsoft, podrán trabajar en la siguiente versión de Windows 10. Pero no hay que alarmarse con respecto a la compatibilidad hacia atrás. Esto solamente funcionará con las nuevas instalaciones que se hagan. Si actualizas sus programas, estos deberán funcionar con los drivers que ya tenga el sistema.
Es evidente que la restricción no es demasiado fuerte porque Microsoft está obligado de alguna manera a dar soporte a sus fieles usuarios. Así pues, solamente cuando se haga una nueva instalación, las nuevas reglas de Microsoft podrán ser aplicadas.
De acuerdo al blog Hardware Certification, «Estamos haciendo estos cambios para ayudar a que Windows sea más seguro. Estos cambios limitan el riesgo de que un sistema sea comprometido con un software de un manejador que contenga código malicioso».
Suena bien pero esta razón se parece a las restricciones que se ponen en los bancos sobre usar lentes oscuros, gorras o celulares dentro de la sucursal, que dicen «es por nuestra seguridad».
Da la impresión que con estas nuevas ideas sobre la calificación de los drivers, a través del Windows Hardware Developer Center, Microsoft se hará del control de su plataforma cada vez más. Repetimos, la medida no parece grave pero con el tiempo podría convertirse en una especie de órgano que decidiría qué va y qué no va en Windows 10.
Por otra parte, hay quien considera que en el fondo es una medida que podría evitar drivers escritos con un afán malicioso, el de por ejemplo, hacerse de datos del usuario. Existen muchos rumores de que esto pasa con el software creado en China y la medida de Microsoft evitaría esta situación.
Así, entonces, en el futuro algún driver podría ser rechazado pro Windows 10.
Referencias: i-programmer, Driver Signing changes in Windows 10, version 1607