Microsoft junto con una treintena de organizaciones así como representantes estatales de Estados Unidos, presentaron una serie de informes que respaldan a Epic Games en su batalla judicial contra Apple.
El objetivo es demostrar que Apple ejerce un monopolio en la distribución y pagos en las aplicaciones iOS.
Denominados como “amicus curiae”, que son documentos que aportan datos a la investigación, cuyos remitentes no están implicados de forma directa en dicha causa, es decir Microsoft.
Además de Microsoft, entre los firmantes figuran fiscales generales de diferentes estados del país así como Electronic Frontier Foundation, la principal organización sin ánimo de lucro dedicada a defender la privacidad y las libertades civiles en el mundo digital.
“La conducta de Apple ha dañado y está perjudicando a los desarrolladores de aplicaciones móviles y a millones de ciudadanos; Apple sigue monopolizando la distribución de aplicaciones así como soluciones de pago dentro de la aplicación”.
Microsoft.
Microsoft echa montón.
Los signatarios, de la que es parte Microsoft, argumentaron que la primera sección de la Ley Sherman Antitrust, determina que las compañías no tienen la potestad para acordar los precios con el fin de perjudicar a otras.
Paradójicamente, las empresas con suficiente poder de mercado para imponer contratos unilateralmente, (Apple, Google, Amazon) estarían protegidas del escrutinio antimonopolio.
La disputa entre Apple y la desarrolladora de Fornite comenzó en 2020, cuando esta última introdujo un sistema de pagos alternativo al de la tienda de aplicaciones del fabricante estadounidense.
Hasta el momento, Apple no ha permitido el regreso de Epic Games a su app store, aunque sí es posible acceder al videojuego. Durante septiembre de 2021 se dio a conocer la sentencia sobre esta batalla legal, donde los jueces dictaminaron que ambas empresas tenían sus responsabilidades.
Por un lado, a Epic Games se le adjudicó el pago de una compensación a Apple por romper el contrato con su tienda de aplicaciones, algo que Microsoft junto con las otras treinta organizaciones, tratan de evitar.
Tras la resolución, ambas empresas decidieron apelar el fallo para que sea examinado por un tribunal superior, un proceso que sigue abierto y del que Microsoft y las demás firmas buscan que sea lo más justo posible.