El CES (Consumer Electronics Show) es EL LUGAR para dar seguimiento visible y palpable tanto de las tendencias tecnológicas actuales como a las nuevas ideas y sus diferentes aplicaciones a la vida diaria.
Y claro, aún en el evento de tecnología más importante del continente, no todo es innovación. La tecnología nunca deja de evolucionar, pero es imposible descubrir el hilo negro permanentemente, y mucho menos de un año a otro. Tengo que reconocer que el impacto de asistir a mi primer CES (2015) fue mucho mayor comparado con mi segunda visita a la imponente feria de Las Vegas.
Y ya con algo de experiencia, pude disfrutar un poco más de la cobertura y el viaje en sí.
Con el Ing. Matuk y Pontón frente a la cámara, y Alberto y yo tras bambalinas, integramos el equipo de Unocero que asistió a Las Vegas. Cada día de la cobertura comenzó desde muy temprano, cargando energías desde el hotel con un buen café para llevar. Luego de encontrar un lugar de estacionamiento a precio razonable (el rango suele ser de $20 a $40 dls. por el día completo), nos dividimos en el Centro de Convenciones para visitar stands específicos sin perder detalle de lo que nos encontramos en cada recorrido. Se dice fácil, pero cada stand tiene algo interesante que ofrecer, tomando en cuenta que alrededor de 180 mil personas, entre expositores, visitantes y curiosos, abarrotaron el CES 2016. Hay que saber escarbarle y no dejarse llevar por las emociones… o el cansancio.
El punto de encuentro siempre fue la sala de prensa, donde cada quien se concentró de manera individual en su trabajo, ya fuera para editar, escribir, hacer enlaces, citas o responder correos. Como no hay manera de quedarse a adelantar nada (a las 6:30 pm se cierran las puertas sin lugar a negociación), todos los pendientes se trasladaron al hotel. Pero antes, ¡a cenar!
Las Vegas no escatima en extravagancias, sobre todo si se trata de comida. Ya fuera el buffet del hotel o el «Texas de Brazil», cada día terminó en una fiesta gastronómica, por llamarlo de alguna manera. Entonces sí, ya con el estómago (muy) lleno, había que terminar los pendientes y preparar la logística del día siguiente. Parte de la rutina antes de cerrar cada jornada fue pagar una visita breve a la mesa de la ruleta en el casino del hotel, como parte del entretenimiento casi obligado que ofrece este lugar.
Al final, todo este proceso se traduce en la oferta de contenidos del sitio, y el resultado del esfuerzo sólo se puede medir en los comentarios de los lectores.
En lo personal, la cobertura del CES 2016 fue una experiencia profesional memorable, la cual pude disfrutar gracias a gente comprometida que sabe divertirse con lo que le apasiona. Eso se refleja, se contagia y se agradece.
Lo que mas me gustó
Sin duda, la tendencia de la realidad virtual. Aquí sí noté una gran diferencia en innovación de un año a otro por la expansión en los alcances de esta manera de interactuar con el video. Lo que más me entusiasmó fue el lanzamiento de una gran variedad de dispositivos especialmente diseñados para que cualquier persona pueda crear sus propios contenidos con video de 360º. Otra tendencia que vale la pena mencionar fue el internet de las cosas, o en otras palabras, la manera de integrar el factor «inteligente» a cualquier objeto que forma parte de nuestra vida diaria.
Lo que no extrañé
Las hoverboards. Aunque varios stands presumían estos «vehículos», no causaron el mismo furor del año pasado, cuando eran la gran novedad. También me sorprendió ver escasos selfiesticks, tanto en stands como entre el público. Es bueno saber que, pese a la mercadotecnia, el consumidor puede diferenciar las aplicaciones de tecnología obsoleta.
Lo que me faltó
Más tecnología «verde». Claro que muchos de los avances que se presentan en el CES son relativos a optimizar el uso de energía, implementar materiales menos dañinos para medio ambiente o reemplazar procesos obsoletos por tecnologías de nueva generación. Pero aún no pude percibir una verdadera tendencia, en productos comerciales de consumo cotidiano, que involucre directamente el cuidado del planeta en el que vivimos. Me parece que en próximas ediciones se hará cada vez más evidente.
Aún hay mucho por mostrar del CES 2016.