Fuera de los proyectos “independientes” que proponen lanzar una tarjeta universal para todo, o del propio proyecto que Mastercard tenía hace unos años para tener un plástico inteligente, el lector de huellas suena mucho más práctico en cuanto a la protección del cliente se refiere.
El sistema está desarrollado de la mano de la empresa Zwipe, que tiene prototipos previos que usaban una batería y, por lo tanto, se obtenía un producto menos práctico que la tradicional tarjeta, pero afortunadamente se encontró una solución: el plástico obtiene energía de la terminal en la que se utiliza cada vez que se hacen pagos.
La información biométrica se conserva de manera segura en la tarjeta y Mastercard nunca la recibe, así que no la puede almacenar. Además, el dispositivo es compatible con NFC para hacer pagos sin tener que insertarla en un lector de chips, aunque también incluye ese método para las terminales que no funcionen con NFC.
Si se piensa, este método podría ayudar en mucho, sobre todo cuando se pierde la tarjeta y pasa cierto tiempo hasta que el usuario se percata de ello, pues cualquiera podría hacer una compra usando el plástico; ahora solamente cuando el dedo pulgar del propietario de la cuenta esté encima del lector en la tarjeta se podrá hacer un cargo.
Desde luego, esto se prestaría a otros inconvenientes como el no poder prestar la tarjeta a alguien de confianza, pero al final de cuentas se trata de hacer más seguro el pago electrónico. No obstante, sistemas como Apple Pay amenazan con ser el futuro de las transacciones en punto de venta, así que a sistemas como los de Mastercard les podría aguardar un camino difícil.
Se espera que el plástico esté disponible hacia 2015 en Reino Unido, pero no se sabe cuándo llegará a más puntos en el mundo.
Referencia: Zwipe