Hace ya unas semanas, la nave Curiosity llegó a la superficie marciana y empezó su misión de exploración del planeta rojo. Es quizás el vehículo autónomo más grande que se haya mandado a otro planeta sin que haya intervención humana para llegar al mismo. El Curiosity pesa unos 900 kgs. y tiene un tamaño un poco menor que el de un Volkswagen. Así pues, simplemente llevar a 250 millones de kilómetros este robot motorizado ya es de por sí una hazaña.
Una de las peculiaridades es que el Curiosity tiene una ruedas para poderse desplazar en el terreno marciano. Son seis las ruedas, las cuales tienen impreso en relieve en las mismas las letras JPL (Jet Propulsion Lab). en codigo Morse. Así entonces, cuando la sonda se mueve por el paisaje marciano va dejando en la tierra la marca de sus creadores.
El Curiosity no es un carrito de investigación que pueda ir a grandes velocidades, a todo esto. Contiene un vasto equipo científico, un par de decenas de cámaras fotográficas de alta definición, además de muchos aparatos para investigar sobre la posibilidad de vida en el planeta rojo. Sus llantas llevan la leyenda en Morse “JPL”: (.— para J, .–. para P, .-.. para L), pero no son a manera de presunción sobre la hazaña del Jet Propulsion Lab al llegar al suelo marciano, sino una manera de medir las distancias que la sonda recorre, a decir insistentemente por el propio JPL. Los operadores de la misión pueden medir la distancia recorrida observando el rastro de la trayectoria del Curiosity.
Habrá que estar atento a las noticias sobre esta misión, que sin lugar a dudas es una de las más emocionantes que nuestro tiempo haya enfrentado. Seguiremos los pasos del Curiosity en otros artículos, evidentemente.
Referencia: NASA