¿A quién no le ha pasado que mientras se encuentra a bordo de un vehículo mientras llueve fuertemente deja de ver más allá de un par de metros delante del transporte? Y esa condición empeora cuando es de noche, pues a pesar de tener encendidas las luces, la intensidad de las gotas parecen una verdadera cortina que no dejan ver claramente el entorno.
Una solución para evitar ese problema está siendo desarrollado por científicos de la Carnegie Mellon University. A través del uso de cámaras y computadoras ultra rápidas se puede predecir la trayectoria que cada gota tendrá, con lo que la luz será proyectada exactamente por los espacios vacíos.
Sabemos que esto suena a algo inverosímil, pero es real. Más allá del concepto, los científicos ya tienen un prototipo que funciona a una velocidad aproximada de 28 kilómetros por hora, con el que se ha podido reducir el brillo de las gotas en un 70% con una pérdida de intensidad en la luz de apenas 5%.
Esto también será aplicable para los copos de nieve para las regiones del mundo donde nieva constantemente. A pesar de que cada copo es más grande y cae más lento que una gota de lluvia, son más difíciles de rastrear, por lo que hay una pérdida de intensidad en la luz de un 15%, mientras que un 60% de copos son rastreados.
A continuación puedes ver un video donde se aprecia mejor el funcionamiento de esta tecnología; en realidad la disminución de la refracción en las gotas es notable, pero se trata de algo que no podremos ver aplicado a la vida cotidiana en el futuro cercano. De hecho, ni los creadores de esta tecnología saben cuándo es que esto se materializará en los vehículos del mundo.