Cuando la computadora personal se empezó a convertir en una máquina tan necesaria como el teléfono, los creadores de programas, las empresas que hacían aplicaciones, software, empezaron a proliferar y una naciente carrera en desarrollo de software se empezó a afianzar. e pronto, los programadores podían empezar a vivir de escribir código. De hecho, algunos programas requerían de grupos de trabajo enormes y los paquetes de software que hacían, que tenían muchísimas capacidades y opciones, se empezaron a vender a precios que podían llegar a 3000 dólares o más (por ejemplo, aquellos que tenían que ver con las animaciones tridimensionales, como 3d Studio).
Y tuvimos la suerte de ver estos mercados proliferar. Uno iba a la tienda en donde se vendían computadoras y había una enorme cantidad de software, el cual venía en atractivas cajas. Los precios oscilaban desde unas decenas de dólares hasta los complejos paquetes de 500 dólares (por ejemplo, Photoshop), hasta aquellos que ya rayaban en cierta especialización para usarlos. Fueron muchos años de este modelo de negocios.
Con la proliferación de las computadoras para casa y negocios, para la computadora casera, en Windows surgió el problema de los virus y salieron todo tipo de soluciones. Aquí, quienes estaban en este nicho, vendían sus paquetes de software y con el tiempo y el afianzamiento de Internet para las mayorías, podían cargar la base de datos de los virus existentes y mantenerlas actualizadas. Con esta idea llegó la de cobrar una cuota anual para mantener el antivirus actualizado.
Pero llegó Apple con su iPhone y con un modelo nuevo de negocios: la tienda de aplicaciones “app store”, en donde uno podía hacerse de cualquier aplicación para el teléfono por menos de una decena de dólares en general. Sí, hay programas muy costosos para el iPhone/iPad/iPod, pero la mayoría no pasa de 15 dólares y creo que estoy exagerando. La virtud de la tienda de Apple es que no había que ir a una tienda física a comprar el producto de nuestro interés. Era mucho más fácil. Uno daba de alta la tarjeta de crédito y seleccionaba desde el iPhone la o las apps que nos interesaban y se descargaban automáticamente en el teléfono. Desaparecieron así las cajas de software y si van a cualquier tienda que venda computadoras, hallará que prácticamente la sección de software ha desaparecido.
Este modelo de negocios es interesante porque reduce los costos de la producción de software. No se necesita imprimir manuales ni tener un diseñador que haga una caja ilustrando las bondades del producto, Uno compra el software y si es necesario acaso, puede leer el manual como un archivo en PDF, por ejemplo. Cabe decir que en el caso de Apple la tienda virtual está controlada por ellos mismos y así se aseguran (o eso pretenden) una ganancia por cada app que se venda. Los teléfonos de Apple están atados a esta tienda virtual y si queremos usar otras, hay que hacer Jailbreak, es decir, eliminar la restricción que Apple ha impuesto. Se puede hacer pero hay que saber cómo se hace. Y como lo que hace la mano la hace la tras, empezaron a surgir otrar tiendas virtuales y Android tomó el ejemplo siendo menos restrictivo. Microsoft inició el mismo camino y ya tiene tienda virtual para Windows Phone y para Windows 8. Habrá que ver cómo estas últimas acciones del gigante de las ventanas son tomadas por el público.
Pero se siguen inventando nuevos modelos de negocios. Uno de los más exitosos y probablemente el secreto del éxito financiero es el que usa Telmex. La empresa telefónicas tiene una renta fija de millones de teléfonos residenciales a una cuota de unos 200 pesos por mes. Si hay 10 millones de teléfonos en las casas de este país, sólo eso implica 200 x 10 millones… Unos 2 mil millones de pesos por mes sin tener que hacer mucho, pues la infraestructura está ya puesta desde hace años y desde luego, siendo renovada porque las cosas no duran para siempre. Y este modelo precisamente lo están adoptando Adobe y Microsoft. Por ejemplo, uno puede descargar la suite de Adobe y usarla gratuitamente por un mes, pero después de esto, hay que pagarles unos 50 dólares por mes para seguirla usando. Digamos que nos obligan a pagar una renta. No compramos el software y ahora sí, nos licencian su uso por el tiempo que lo requiramos. Si mañana ya no necesitamos usar cualquiera de estos productos de Adobe, simplemente dejamos de pagar y el sistema nos deshabilita de poderlo usar.
Microsoft, por su parte, nos ha vendido N versiones de por ejemplo, su suite de oficina. MsOffice es un producto muy usado y cada cierto tiempo salen nuevas versiones. Vamos, hasta hicieron un procesador de palabras para niños en algún momento, que no es otra cosa que un Office personalizado para un nicho de mercado. Sin embargo ahora, con el acceso a Internet, Microsoft tiene Office 365 que corre desde la nube y copia de alguna manera la idea de rentar el tiempo que usas una aplicación. Por unos 80 pesos al mes puedes usar Office 365. De nuevo, no compras más el producto, te lo rentan y eso a la larga es una idea interesante para tener ingresos contínuos. Y sí, siempre se tiene la última versión accesible pero, seamos francos, ¿quién necesita más cosas de las que ya usa en Word, por ejemplo?
Hoy encuentro hallo que un programa para desarrollar código en Pascal con Objetos (Delphi), llamado AppMethod, ha decidido seguir el mismo camino. Cuesta unos 300 dólares por año (25 dólares por mes), pero solamente para desarrollar en una sola plataforma, Android, iOS, WP8 o Mac OS X. Si se quiere tener todas las plataformas, la renta anual es de unos 1300 dólares, aproximadamente. Y si lo pensamos, el programa no es tuyo. Yo muchas veces paso meses sin necesidad de programar nada. Y si compro alguno de estos paquetes, encuentro que cada día de la renta que estoy pagando y que no utilizo, significa perder dinero, ¿no?
Son modelos de negocios y me imagino que la industria está atenta sobre lo que mejor funciona. La idea es monetizar a Internet. Y para que vean a lo que me refiero, YouTube ya ha hecho algo normal que antes de un video ponga un anuncio, el cual puede cancelarse a los cinco segundos. Sí, pero ya me ha tocado ver videos que a la mitad del mismo, de nuevo, insertan otro video con un anuncio… Y sí, lo sé, es gratis, pero quizás ya se están pasando en este sentido, ¿o tampoco?