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Los mitos modernos

Hoy sabemos que no es cierto que Steve Wozniak y Steve Jobs iniciaron la empresa Apple en un garage, y sin embargo esta idea se...

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Hoy sabemos que no es cierto que Steve Wozniak y Steve Jobs iniciaron la empresa Apple en un garage, y sin embargo esta idea se popularizó hace muchos años. Igualmente pasa con la carrera trunca de Bill Gates y de Mark Zuckerberg, en donde se habla de que estos dos magnates han hecho todo el dinero del mundo sin haber terminado su carrera universitaria.

Y entonces surgen estas historias maravillosas, donde lo que importa es quizás que uno sea “aventado”, que le guste correr riesgos y así quizás, pueda saborear el mundo de los millonarios, el de la no escasez en nada. Se dice, por ejemplo, que Gates apuesta a la contratación basada en las habilidades más que en los títulos universitarios. De nuevo, esto probablemente sea un nuevo mito que le quieren encajar al creador de Microsoft porque si viene de alguien que ha hecho la fortuna que ha hecho sin necesidad de un título universitario, seguramente está en lo correcto.

Pero la realidad es que una carrera universitaria no es un obstáculo para llegar a tener éxito, vamos, probablemente sea una buena idea para buscar una vida mejor sin tener que pasar demasiados inconvenientes. Evidentemente hay profesiones que dejan mucho dinero, por ejemplo, la de médico, que si bien hacen una carrera de muchos más años que el promedio, logran en ocasiones convertirse en eminencias en sus especialidades y además, tener un nivel de vida envidiable. Obviamente en la medicina no hay gente que pueda hacer dinero sin haber estudiado la carrera porque en muchos casos hay algo más que un trabajo, y es la vida de quienes están enfermos y acuden con algún galeno. Ahí no hay médico que no haya -por lo menos- acabado su carrera.

Existen sí, “oficios” o “chambas” que no requieren de estudiar nada y en donde se puede hacer dinero, como por ejemplo, los ahora tan populares “youtubers”. Estos con sus videos supuestamente graciosos, que son vistos miles y miles de veces, se han convertido en un modus vivendi de estos personajes, pero claramente sus contenidos distan de ser los más inteligentes, ingeniosos o valiosos con los que se puedan contar. Yo no sé cuanto gana un youtuber pero alguien me dijo que YouTube pagaba un centavo de dólar por vista. Así, si el youtuber tiene a la semana un millón de visitas, se embolsa unos mil dólares semanales.

Creo que vivimos en una época en donde el poco esfuerzo, la superficialidad, la vida light, nos hace creer que es fácil vivir y ganar mucho dinero. Hace poco me comentaban que los integrantes de la casa de Big Brother, que parece ser, fue un fracaso comercial, recibían por contrato unos 10 mil pesos por día, sí, por día. Así, encerrarse 180 días sin realmente saber hacer nada pues resulta para muchos redituable y entiendo por qué esos jóvenes no quieren salir del “juego” del gran hermano. Desafortunadamente la vida real dista de ser lo que la televisión nos pone con esos personajes cuya fama dura menos de 15 minutos. La vida es dura, y hay que trabajar si se quiere ser alguien. Y muchas veces habrá muchos descalabros. Y habrá que estudiar mucho y trabajar más.

Pero regresando al tema de los mitos, la vida light, la vida fácil, es uno de ellos. Sí, repito, puede haber gente como Gates, Jobs o Zuckerberg que -sin carrera universitaria- pudieron lograr el éxito que mucha gente quisiese tener, pero es claro que tuvieron que trabajar mucho. Bill Gates no logró la macro-empresa Microsoft de la noche a la mañana y puedo apostar que eso de que el hombre apostaba a las habilidades y no a los títulos es una mentira, un mito moderno más. Microsoft está llena de gente titulada, con maestrías y doctorados. Lo malo de estas notas es que hacen creer que cualquiera puede aspirar a triunfar aunque sea un inútil.

Gates no terminó la escuela, cierto, pero vivía de entrada una peculiar situación económica muy favorable y además, estuvo en un momento y un lugar justo para hacer historia, y lo aprovechó. Pero el mundo está lleno de estas historias de éxito que se propagan por todos los medios, pero por cada una de ellas hay miles de personas (y de historias) que dejaron la escuela y no lo lograron, que fracasaron, pues. Pero claro, nadie escribe de los perdedores.

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