El incremento en la popularidad de los drones se ha convertido en un motivo de preocupación para muchas personas, no sólo para la Administración Federal de Aviación. Gracias al centro de estudio de drones en Bard College, ahora tenemos más información sobre los peligros creados por los vehículos aéreos no tripulados.

Este grupo condujo una investigación sobre los avistamientos de drones y lo que la Administración Federal de Aviación clasifica como encuentros cercanos, es decir, cada vez que un dron y una aeronave tripulada cumplen con los criterios para una «casi colisión» en pleno vuelo.

El estudio, que recogió información de vuelos entre diciembre de 2012 y septiembre de 2015, muestra que 35.5% de los incidentes fueron los llamados encuentros cercanos, mientras que el resto fueron clasificados como avistamientos. Si consideramos el total de todos ellos, casi el 90% ocurrió por encima de los 400 pies (122 metros), una altura superior a la que los drones tienen permitido volar.

La investigación también encontró que la mayoría de los casos ocurrieron dentro de un rango de 5 kilómetros de algún aeropuerto, un espacio aéreo prohibido por igual, y que en total, hubo 158 casos en los casi dos años del periodo estudiado donde un dron se acercó a 200 pies (61 metros) o menos de una nave tripulada. Esta cifra puede incluso que sea mayor, pero una tercera parte de los encuentros cercanos no ofrecen una medida de distancia acertada.

De estos 158 casos, se reportó que 51 sucedieron a una distancia de 50 pies (15 metros) o menos, y en 28 ocasiones, el piloto tuvo que tomar acción para evitar una colisión. Finalmente, de la cuenta total de casos, 90 de ellos involucran aviones comerciales.

Además de sus propias regulaciones y el programa de registro de drones, la Administración Federal de Aviación está trabajando en tecnología capaz de identificar a drones que vuelen ilegalmente cerca de los aeropuertos. Una vez puesta en marcha, debería ayudar con los problemas con los vehículos aéreos no tripulados que operan muy cerca de pistas comerciales.

Referencia: Bard College