Y este no es un tema menor, aunque con escasas implicaciones de corto plazo, ya que corrige el rumbo de este sector convergente y empareja el piso competitivo de la industria. El pasado 30 de abril, la Cámara de Senadores dio por finalizada la discusión a favor, tanto en lo general como en lo particular, de la iniciativa de reforma para dar paso a su aprobación en la mayoría de los congresos estatales, la cual comenzó por el Estado de México como el primero de 17 necesarios para su publicación ya como Ley en el Diario Oficial de la Federación. Así que no debe haber mayor problema en la aprobación en los distintos estados de la República Mexicana.
Dicha modificación pretende generar condiciones para fomentar la competencia como la licitación de dos nuevos canales de televisión, más competencia en contenidos de televisión restringida (Must Carry y Must Offer), reduce los límites a la inversión extranjera directa, la creación de dos organismos regulatorios autónomos en materia de telecomunicaciones y competencia (IFETEL y CFCE) con las herramientas necesarias para el combate a la concentración de mercados.
Pero no hay que dar el debate por cerrado dado que la reforma requiere de una legislación secundaria que brinde reglas claras para crear el ambiente competitivo junto con un Plan Nacional de Desarrollo (PND) que derive en una mayor penetración de los servicios, menores precios, así como una mayor calidad de los mismos. Y sí, el diablo está en los detalles.
No obstante, si queremos desbloquear las medallas de Nivel 2 y Nivel 3 como país será necesario producir una reglamentación secundaria que lleve el mismo espíritu de la reforma, ya que todo el esfuerzo hasta ahora pudiera verse diluido por vicios regulatorios como crear segundas y terceras ventanillas que le han costado años y millones de pesos a todos los mexicanos.
Para eso, resulta relevante seguir de cerca las próximas discusiones sobre los detalles en la interpretación de la Ley así como del PND y, a la vez, fortalecer los organismos de protección al consumidor que permitan equilibrar las fuerzas del mercado y poder gozar de los beneficios de la reforma.
Celebremos los avances pero sigamos en el camino hacia el país que queremos ser.