La sonda espacial Rosetta de la Agencia Espacial Europea localizó su pequeño módulo de aterrizaje, Philae, aprisionado en una grieta oscura en el lado oscuro de un cometa.
La agencia dijo este lunes que la cámara de Rosetta finalmente capturó una imagen de la nave en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenk, semanas después de que la misión de la propia sonda terminara.
Al parecer Philae estaba encajado en una grieta y volcado sobre un costado. Esto explica por qué hace meses las baterías se descargaron y le fue imposible hacer los experimentos sobre la superficie del cometa que estaban previstos. Los científicos solo pudieron usar algunos de los diez instrumentos embarcados en Philae durante 3 días.
Las imágenes fueron tomadas el pasado 2 de septiembre con la cámara OSIRIS, cuando la nave se acercó a tan solo 2.7 kilómetros de la superficie del cometa. En la imagen, publicada este lunes, se puede apreciar el cuerpo y dos de sus tres brazos.
Rosetta fue lanzada en marzo de 2004 y su misión era orbitar y aterrizar sobre un cometa por primera vez en la historia. Se pretendía examinarlo y hacer análisis cruciales sobre la composición y el funcionamiento de estos objetos que se cree que son fundamentales para reconstruir los orígenes del sistema solar. El propósito de Philae era tomar muestras del suelo.
El módulo fue visto por última ocasión después de que tocara por primera vez un punto bautizado con el nombre de Agilkia, desde el que rebotó y acabó deteniéndose finalmente en una zona conocida como Abydos, a un kilómetro de ese primer lugar elegido para el aterrizaje.
Ninguna señal fue recibida desde julio de 2015 y a principios de este año, Philae fue declarado en estado de hibernación eterna. A pesar de esto, la conexión se mantuvo hasta ahora ante la posibilidad de que Philae despertase. Aunque Rosetta ha sobrevolado el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko a 10 kilómetros, no se había recibido ninguna señal desde el módulo de aterrizaje.
El descubrimiento de Philae llega menos de un mes antes de que Rosetta descienda hasta la superficie del cometa. Esto sucederá el 30 de septiembre, cuando la nave sea enviada en su última misión para observar al cometa desde cerca, incluyendo un pozo en la región Ma’at donde se espera obtener información crítica sobre la estructura interna de los cometas.