La programación no está acabada porque día a día se necesitan nuevas aplicaciones. Las necesidades del mundo moderno siempre crecen y es claro que hay que ir pensando en formar a las nuevas generaciones en el tema de programar computadoras.
Para ello, hay muchos esfuerzos para enseñar a codificar y Google es otro más que se añade a la lista que busca promover que los niños y jóvenes este arte de la programación.
Google ha diseñado un sistema para enseñar a los niños a jugar con código usando algo llamado Proyecto Bloks.
El sistema simplifica las líneas de código a bloques físicos. Estos pueden conectarse entre ellos en una fila. Se puede entonces presionar el botón grande que doce “GO”, y el código se transmite por Bluetooth o WiFi para poder controlar un robot de juguete o bien, para hacer música.
Jayme Goldstein, líder del equipo Proyecto Bloks dice: “En pocas palabras, es hacer código que sea físicamente viable para niños”.
El sistema tiene tres partes principales: el botón de “Go” se pone encima de una Raspberry Pi Zero y actúa como el cerebro de las operaciones; la cadena de bloques alimenta al bloque maestro, llamado “el tablero cerebral”; y hay entonces elementos individuales del código, llamados “pucks”, que hacen que el código varía. Son como interruptores.
Un puck puede tener una manija para mandar comandos a un robot para que dé vuelta, le suba al volumen de una nota musical, etcétera. Otro puede servir para simplemente repetir el comando previo. Los pucks se ponen sobre la base de los bloques, los cuales se usan para ligarlos unos con otros.
Google dice que en este proyecto se puede controlar cualquier dispositivo o juguete con un API abierto.
La iniciativa se completa, desde luego, con el código abierto. Google ha desarrollado esta técnica pero espera que los desarrolladores puedan monetizarla por sí mismos y hacer el hardware físico de este proyecto una realidad.
En las pruebas realizadas, Google puso el Proyecto Bloks para trabajar con Mirobot, un robot que dibuja, de código abierto.
Google tiene como socios en esta iniciativa a la Universidad de Stanford y a la firma de diseño Ideo. El siguiente paso será publicar el diseño del sistema.
Referencias: The Guardian