Investigadores de la Universidad de Illinois, en Urbana-Champaign, han creado arreglos de LEDs biocompatibles, los cuales pueden doblarse, estirarse e incluso, implantarse bajo la piel. Esto le hará pensar a más de uno en “tatoos luminosos“, pero los arreglos de LEDs se pretenden usar para activar drogas, monitorear condiciones médicas o realizar otras tareas biomédicas dentro del cuerpo. Obviamente habrá un mercado para el consumo, robótica, o aplicaciones industriales y militares.
Muchos grupos han tratado de producir circuitos electrónicos flexibles, la mayoría vía la introducción de nuevos materiales como los nanotubos de carbón combinados con silicio. Los arreglos de LEDs de la Universidad de Illinois, al contrario, usan los semiconductores tradicionales (GaAs) y metales convencionales para diodos y detectores.
El año pasado, colocando componentes GaAs en una película de plástico, el Profesor John Rogers y su equipo fueron capaces de crear un arreglo de la naturaleza mencionada. Recientemente añadieron bobinas interconectando cables de metal y componentes electrónicos, para crear una especie de red de LEDs y fotodetectores. Este arreglo se añadió a un una hoja pre-estirada de hule, la cual entonces se encapsuló en otra pieza de hule, siendo ésta biocompatible y transparente.
El dispositivo resultante puede torcerse o estirarse en cualquier dirección, con la electrónica involucrada sin ser afectada, aunque se estire el material un 75%. Los cables de las bobinas son como los cables del teléfono, que pueden ir y venir y he ahí el secreto de su flexibilidad.
Rogers y sus asociados ahora están trabajando en la comercialización de sus arreglos de LEDs flexibles a través de una nueva empresa que han iniciado, mc10. La investigación fue publicada recientemente en el Journal Nature Materials.
Fuente: Gizmag