Quien posee un teléfono celular hoy en día probablemente tiene un equipo con una pantalla de al menos 5 pulgadas de color, que ejecuta apps, y en donde incluso podemos ver videos y fotografías, además de poder leer hasta libros electrónicos en formato PDF o ePub. Es cierto que una pantalla de los tamaños actuales de los teléfonos móviles no es la más apta para esta última acción, pero el punto es que, si queremos, podemos leer hasta en el teléfono.
Pero en la tecnología hay otro tipo de pantallas y una que me llama la atención es la de tinta electrónica, o e-ink, que presenta información en blanco y que, además, permite la lectura incluso a pleno Sol. Las pantallas de tinta electrónica permiten simular la sensación que brinda el papel y es el dispositivo de despliegue más popular de los lectores de libros electrónicos.
La tinta electrónica empezó como un desarrollo en 1997 en el Media Lab del MIT, quienes crearon la empresa E ink para desarrollar la tecnología de tinta electrónica. A mediados del 2002, E ink presentó el primer prototipo de pantalla con esta tecnología y en el 2004 se empezó a comercializar.
Al contrario de las pantallas TFT y de cristal líquido, las pantallas de tinta electrónica no requieren de mucha energía y, además, son más delgadas, pueden medir unos 3 mm de grosor e incluso son flexibles.
Las pantallas de tinta eléctrica están formadas por tres capas: una tiene microtransmisores eléctricos, la segunda contiene un polímero y la tercera es en realidad una lámina protectora. En el polímero encontramos una matriz de millones de cápsulas que están flotando en un gel que permite que sean estimuladas electromagnéticamente. Mediante esta estimulación cada cápsula pasa a mostrar su cara blanca o negra, de manera que en la pantalla se representa un texto o una gráfica.
Aparte de ello, la tinta electrónica puede tener una resolución de más de 150 puntos por pulgada (dpi – dots per inch), contra los 70 dpi de las TFT o LCD. Una vez que una imagen se presenta en la pantalla, no se requiere de energía para mantener el despliegue, lo cual es importante si se piensa en el ahorro de energía. Sus desventajas más importantes son que la velocidad de actualización (refresh rate) es lenta relativamente y que el desarrollo de las pantallas de tinta electrónica de color es extremadamente costoso.
Siempre me había preguntado por qué no se hacían teléfonos inteligentes con pantallas de tinta electrónica, a sabiendas que casi el 50% del teléfono se va en alimentar la pantalla. Hallé que hay varios teléfonos, los cuales -posiblemente- no hayan tenido demasiado éxito por dos razones: porque no tienen pantallas de color y bien, porque el despliegue es lento. Pienso que cuando estos dos inconvenientes se resuelvan, saldrán al mercado nuevos teléfonos así como relojes y tabletas que usen la tinta electrónica.
Referencias: e-Ink