Para Richard Stallman, evangelista del software libre, creador del editor más importante en el mundo de la programación, EMACS, y promotor incansable del proyecto GNU, los teléfonos móviles serían lo que Stalin habría soñado con tener. El nivel de espionaje es mucho mayor hoy al que tuvo al Unión Soviética y el panorama, dice Stallman, no es alentador.
Por ello, el gurú de los sistemas de código abierto ha instado a los gobiernos estatales a migrar al software libre, buscando así -entre otras cosas- a defender los derechos y la independencia de los ciudadanos. Sin embargo, el propio Stallman sabe que esta migración no será ni fácil ni rápida, pues encontrará la resistencia de «funcionarios expertos», quienes advertirán que no es posible abandonar las herramientas propietarias que usan por los programas abiertos por muchas razones. Stallman desde luego afirma que: «exageran normalmente, pero sí se puede».
El asunto en el que Stallman ha enfatizado por años es el de la posibilidad de que cada usuario, programador, empresa, pueda modificar el software de acuerdo a sus necesidades. Pero esto sólo puede hacerse si se tiene acceso al código fuente, es decir, a las instrucciones en el lenguaje de programación usado por el desarrollador. El modelo de cómo opera esto ha sido realmente un éxito en el mundo de GNU/Linux y ha probado su viabilidad desde hace muchos años.
Stallman piensa que así los programadores y en general el público, tiene la posibilidad de modificar los programas y aplicaciones de la computadora. Curiosamente, ante las «creaciones artísticas», como bien podrían ser las canciones, como no tienen como afán poder ser modificadas por ejemplo, Stallman piensa que no tienen entonces que caer en el modelo «libre».
Hay que decir que Richard Stallman es muy radical en algunas de sus opiniones y de hecho, él no usa programas propietarios nunca. Igualmente rechaza las redes sociales pues piensa que hay mucho espionaje de datos en ellas (aunque seamos francos, ahora el tema está de moda). Por otra parte, dice que puede haber «puertas traseras» para ejercer el control de los datos de los usuarios de maneras poco legales. Por ello el programador neoyorkino indica que los teléfonos celulares pueden ser un problema porque incluso estos aparatos envían información al exterior con tan solo encender las pantalla.
«Que el software propietario someta al usuario es malo, pero si somete a todo un Estado, es mucho peor», afirma Stallman y probablemente en esto tenga razón. Hay evidentemente muchas razones para que el software sea libre y abierto, pero hay quien piensa que el modelo no es necesariamente bueno en todas las situaciones. Probablemente sea un modelo que debiese tener más éxito pero aún así, hay muchísimas empresas que ponen su software en código abierto y que además, son de los grandes jugadores de la tecnología, como Apple, Amazon, Microsoft y por supuesto, Google.