“¿Por qué estamos haciendo prevención? Es mejor que nosotros como padres le digamos al hijo: mira lo que va a pasar, mira hijito, ven acá: a una niña gorda no la quiere nadie. Sí, es duro, pero los va a sorprender”.
Esas fueron las palabras que el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, mejor conocido como “El Bronco”, dijo en su discurso pronunciado en el marco de una firma de convenio para la instalación de la Red de Universidades Saludables, refiriéndose a la necesidad de prevención de los embarazos adolescentes, uno de los problemas más graves en ese estado.
Pero en los siguientes minutos, la frase que retomaron los medios y los usuarios de redes sociales fue “a una niña gorda no la quiere nadie”, lo cual, leído fuera de contexto, puede tener otras connotaciones, como la de la obesidad o la autoestima.
Así, miles de personas empezaron a emitir críticas en Twitter y Facebook sobre este comentario que, aunque sí es desafortunado (muy desafortunado), no se refería necesariamente a todo lo que se decía en los posts de los indignados tuiteros.
“¿Cómo se atreve a decir eso en un país con altos índices de obesidad?”, “A las gordas nadie nos quiere, no mamen” o “Este comentario es racista y misógino” fueron algunos de los comentarios que se leían y que eran retomados y “analizados” por los medios.
Pocas personas conocieron o buscaron el contexto en el que se habían dicho esas palabras, pero todos emitieron una opinión al respecto, aunque no supieran detalles básicos, como quién es exactamente el personaje que las dijo.
“El Bronco” fue un candidato independiente que ganó la simpatía de los habitantes de Nuevo León gracias a que, precisamente, no utilizaba el lenguaje acartonado de los políticos “tradicionales”, pero ahora que está en el poder, son los ciudadanos que votaron por él los que le exigen que modere sus palabras y hable con propiedad (también hay que admitir que tiene a varios medios de información en su contra).
Aunque no se puede admitir que alguien se exprese de esa manera de un problema como el embarazo adolescente, tampoco es algo que debería causar sorpresa, sobre todo porque, “en lo oscurito”, es una expresión “común” en un amplio sector de la población y no es un secreto que, efectivamente, las niñas que resultan embarazadas son señaladas socialmente y continuamente experimentan rechazo de parte de su entorno.
El embarazo adolescente es un problema de salud pública en México, donde un alarmante 20% de los nacimientos provienen de madres menores de 18 años, pero prácticamente ninguno de los comentarios de las redes sociales mencionaban algo al respecto.
De esa manera, perdimos la oportunidad de poner sobre la mesa, gracias a las redes sociales, un tema más importante que la forma de expresarse de un político que ya sabíamos cómo se expresaba.
El linchamiento a través de las redes sociales resulta más fácil y atractivo para los tuiteros y feisbuqueros que el análisis de un problema y la búsqueda de soluciones.
Pocos son los que buscan el contexto de una frase, una noticia o una imagen, pero son muchos los que quieren opinar a pesar de que no sepan de qué se trata el tema del que todos están hablando. Así de simple.