Internet, particularmente en lo que se refiere a redes sociales, genera una serie de comportamientos y modas que de alguna manera refleja el mundo en el que vivimos. Por ejemplo, hace unas semanas apenas a alguien se le ocurrió titular un artículo (en alguna página web), «19 cosas que usted debe hacer antes de morir»… Y entonces por alguna razón la idea tuvo aceptación y de pronto todos los sitios web de noticias estaban llenos de este tipo de encabezados. Quizás una razón para ello es que de alguna manera, quien escribía una nota en particular, le hacía la tarea fácil a los lectores, contabilizando y resumiendo acciones, hechos, lo que fuera, en una lista ordenada. Sin embargo esto parece hablar de la superficialidad en las que d epronto Internet entra.
Me parece que esta moda ya va de salida. Sin embargo, otras modas llegan. Por ejemplo, la de los «selfies», lo cual son un autorretrato de alguien que decide publicarlo en línea.. El término se usa por lo general en el mundo de Internet pero no duden que probablemente podría usarse en algún otro contexto. La imagen selfie más famosa pudiese ser la que tomó Ellen Degeneres con un teléfono Galaxy Note en entrega de los Oscares, la cual se retuiteó uns 2.3 millones de veces, una vez que la actriz la mandó a esa red de microblogging. Buena propaganda para Samsung, su fabricante. Pero la realidad es que los selfies llevan años en las redes sociales. Nomás que ahora, por alguna extraña razón, se han vuelto populares.
Otras modas en Facebook, por ejemplo, es denunciar todo el mal que hace tomar refrescos, comer maíz transgénico, lavarse las manos, tomar agua, usar aceite, no usar aceite, no tomar agua, no comer maíz transgénico, no tomar refrescos, etcétera. Todas esas notas que mucha gente sube un poco de buena fe, pretendiendo ayudar a otros a que sepan más y que no vivan en la ignorancia, en muchísimas ocasiones no tiene el mínimo respaldo. No hay fuentes confiables sobre lo que se dice. Pareciera que la moda es alarmar con todo. Todo hace daño, todo mata o al menos ataranta. Pero la realidad es que no hay ningún dato del cual fiarse. No obstante esto, muchas de estas notas se comparten hasta la naúsea.
Aparte de esto, los internautas de las redes sociales son felices denunciando a quienes molestan o usan a los animales, los que juegan con ellos cruelmente. Para todos esos protectores de animales de sillón y conexión a la red, que piensan que así van a cambiar las cosas, les tengo una mala noticia: dar «me gusta» a algo, denunciar por la red a un joven absurdo que le quema las orejas a un gato, etcétera, no cambia significativamente nada. Sí, se sienten mejores personas pues denuncian estos terribles hechos, aunque en el mundo real jamás incidan.
Internet, me queda claro, es una especie de ente vivo, en el cual podemos encontrar lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Me parece que las redes sociales son no sólo el reflejo de lo que somos, sino de nuestras más espantosas carencias. Hay quien piensa que uno no debería tomar las redes sociales con demasiada seriedad, pero se tome como se tome, veremos mensajes y artículos de los amigos de la red social que nos muestran que la escuela fue perder el tiempo para ellos, por ejemplo, cuando leemos lo que escriben. Así entonces vemos nuestras limitaciones, nuestro poco interés por mejorar siquiera la acentuación de lo que escribimos y esperamos que llegue la siguiente moda tonta, que nos mantendrá poniendo mensajitos y artículos para pasar el tiempo, ¿o no?