Durante más de un año estuve haciendo dos o tres entrevistas al mes con diversas personalidades de áreas como los negocios, los deportes, la cultura, la música y el cine, donde una de las preguntas básica era si veían televisión “de aire” o sólo on demand, y la respuesta apabullante siempre fue que preferían productos tipo Netflix para ver series o películas a la hora que ellos quisieran.
Sobre la televisión “normal”, todos me dijeron que la usaban para ver programas en vivo, como eventos deportivos o noticias, pero que rara vez ya veían algún otro programa o una película a través de un canal “tradicional”.
Con la radio pasaba algo similar. Estas personas preferían escuchar música a través de un dispositivo móvil y mediante servicios como Spotify, y sólo encendían la radio cuando, por ejemplo, necesitaban oír noticias mientras estaban en el coche. Inclusive, varios de ellos reconocieron que, aunque tuvieran un radio cerca, preferían escuchar la radio a través de alguna aplicación de su dispositivo móvil.
Y es que hoy, prácticamente se necesita sólo un teléfono y una buena conexión a internet (o un buen plan de datos) para ver televisión, escuchar la radio, disfrutar de una película y armar un buen baile en una fiesta.
Así como ahora todos los medios caben en un solo dispositivo, los medios deben aprender a estar en diferentes plataformas para que todas puedan verse en un solo producto. Es decir, en vez de que el usuario deba abrir una app de radio y luego una de TV, debería tener en la misma experiencia todos los productos y así eliminar la llamada “segunda pantalla” para poder consumir un producto multimedia e interactuar a la vez sin tener que desviar la vista de su celular.
Lo mismo para la televisión: revisar Twitter o Instagram en una pantalla de TV no es la mejor experiencia, pero ahí se apreciará mucho mejor una serie de Netflix.
Ante esto, durante los próximos años, los medios deben modificar sus lenguajes audiovisuales para adaptarse a estas nuevas formas de consumir información, y es ahí donde las nuevas generaciones tienen nuevas opciones de innovación en formatos que requerirán también el desarrollo de tecnologías que les ayuden a hacer mejor su trabajo.
Así, por ejemplo, será necesario aprender a contar historias en video en unos cuantos segundos, interactuar en tiempo real con las audiencias y hasta, por ejemplo, generar una transmisión especial de algún evento deportivo para los dispositivos móviles en donde, quizá, las tomas deberán ser más cerradas y la narración sería la interacción con otros usuarios.
Es el momento de empezar a desarrollar un nuevo medio de información en el que existan formatos pensados en los dispositivos que usamos todos los días para informarnos y entretenernos, por lo que hay una gran oportunidad para aquellas personas que desean dedicarse a la Comunicación.
Asimismo, los egresados de Comunicación deberán estar abiertos a incorporarse a procesos de desarrollo tecnológico, donde van a tener que generar las nuevas herramientas que necesitarán para llevar a cabo su labor.
Así, en unos años, los editores de periódicos, los productores de televisión y los locutores de radio no serán como los conocemos hoy, sino unos personajes capaces de realizar varias tareas a la vez, que se dedicarán a varios medios y sabrán incorporar, todo a la vez, tareas como escribir un guión, editar un video y grabar una voz; además, deberán saber aspectos básicos de programación y sus habilidades de rapidez de pensamiento, ortografía y lenguaje visual deberán estar bastante desarrolladas.
Como siempre pasa en estos casos, son pocas las empresas de comunicación en el País las que están trabajando para llegar preparados a esos nuevos tiempos, mientras que en las universidades se hace poco o prácticamente nada para formar a esta nueva generación de comunicadores.
Habrá que despertar y entender estas nuevas necesidades mediáticas si no queremos que vengan de otras tierras a, como dicen las abuelitas, “comernos en mandado”. Así de simple.