De acuerdo con un amplio artículo de The Wall Street Journal, Apple había estado trabajando con la empresa GT Advanced Technologies – la misma que la marca de la manzana sancionaría por haber “filtrado sus secretos” – para lograr tener el codiciado material en su próximo dispositivo inteligente.
Supuestamente, Apple quería producir por sí mismo el zafiro, pero el proceso resultó poco benéfico para la compañía, por lo que se decidió adquirir el material que GT pudiera venderle a la empresa, no obstante, GT no pudo cubrir la amplísima demanda, por lo que poco a poco se fue complicando todo el asunto.
A pesar del acuerdo inicial e inversión que se hizo para que GT produjera las pantallas, la compañía no pudo acoplarse al tiempo y calidad de producto que se debía entregar, de hecho, poco antes de que se firmara el acuerdo de colaboración, GT había producido más de 250 kilos de zafiro, del cual, ni una parte era usable debido a que estaba dañado.
La incapacidad de GT por cubrir la demanda de Apple, así como la presión de la firma que produce iPhone y iPads par a obtener material de calidad y a bajo costo llevaron a GT a un estado financiero deplorable, que tiempo después derivó en que la empresa ingresara su petición de bancarrota.
Mientras que las pantallas de zafiro – que se usan en productos de lujo como relojes – son sumamente resistentes, aparentemente sigue siendo difícil lograr integrarlas a gran escala y en productos de mayor tamaño, incluso para Apple.
Esto no quiere necesariamente decir que vaya a desistir, así que habrá que esperar a ver si en algún punto del futuro se crea un dispositivo con el resistente material, el cual es más durable que el cristal, el cuarzo y casi tan duro como un diamante.
Referencia: The Wall Street Journal