El pasado 19 de junio, el periódico The New York Times confirmó que hubo espionaje por parte del gobierno mexicano a activistas y periodistas como Carmen Aristegui, Mario Patrón, Juan Pardinas, Carlos Loret de Mola y Salvador Camarena. El espionaje sucedió a través de un software llamado «Pegasus» adquirido por el gobierno.
En teoría, el software únicamente puede ser adquirido por el gobierno con el fin de investigar a criminales, terroristas o a presuntos culpables que amenacen la integridad de un territorio. Según informes del periódico New York Times, al menos tres agencias federales mexicanas gastaron casi 80 millones de dólares en programas de espionaje de una empresa de origen israelí.
El funcionamiento del software se caracteriza por tener la posibilidad de infiltrarse en los smartphones y otros dispositivos móviles para monitorear cualquier detalle de la vida diaria de una persona por medio de su celular, tomando en cuenta llamadas, mensajes, correos, calendarios, contactos, entre otros aspectos personales. Además, Pegasus funge como micrófono oculto en los dispositivos para poder espiar y vigilar cada movimiento o palabra emitida por los propietarios.
Para que el software fuera implementado en los dispositivos de los periodistas, los mensajes eran personalizados y creados con una naturaleza alarmante para lograr que los receptores sintieran pánico. Como si se tratara de una cadena común y corriente, los activistas recibieron textos relacionados a sus vidas personales para generar credibilidad y, al abrir los enlaces, automáticamente se instalaba el programa de espionaje.
Ante la situación y las acusaciones, el gobierno mexicano negó haber intervenido en las vidas de aquellos actores sociales que se encuentran en la lucha por combatir la corrupción y encontrar la justicia en pro de los derechos humanos.
El software destaca por no dejar rastro del hacker que lo haya utilizado, por lo que no existían las pruebas necesarias para argumentar en pro de los activistas y periodistas. Sin embargo, el gobierno de Enrique Peña Nieto aseguró que comenzaría una investigación mediante la PGR para indagar a fondo todos los detalles del software Pegasus, tomando al FBI como apoyo para llegar a resultados concretos.
Ahora, un nuevo informe por parte del periódico New York Times aseguró que la Procuraduría General de la República no ha avanzado en la línea de investigación, por lo que lo más seguro podría ser que se haya dado «carpetazo» al caso de espionaje.
El texto señala que oficiales de Estados Unidos se negaron a respaldar la solicitud de apoyo hecha por el gobierno mexicano, por el temor a que su involucramiento fuera explotado por las autoridades mexicanas como un mecanismo de credibilidad.
«Oficiales estadounidenses de alto rango dijeron que, después de analizar la solicitud, los funcionarios de ese país decidieron no involucrarse al estar dudosos de que el gobierno de Peña Nieto realmente quiera resolver el caso, ya que indagarlo a fondo podría comprometer a algunos de sus funcionarios más importantes.»
De acuerdo con el reportaje de New York Times, las autoridades mexicanas no han logrado identificar qué funcionarios públicos utilizaban el programa, ni se han visitado las instalaciones donde donde se alojaba el equipo de espionaje.
A su vez, el gobierno mexicano rechazó ofrecer comentarios específicos, pero indicó que se encuentra en la «fase de agotar todas las líneas de investigación.» Además, también se desmiente en el texto que la PGR se encuentre en contacto permanente con los investigadores del Citizen Lab de la Univeridad de Toronto, instancia que realizó el análisis forense que expuso el uso de la infraestructura de Pegasus.
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