Dice un buen amigo mío: “Los discos duros no tienen palabra de honor”, y tan es cierto que hace tiempo un disco de 120 gigas empezó a fallar, en mi antigua máquina XP. Aparentemente se daño el sector de arranque, así que tomé un disco duro de 20 gigas que tenía ya respaldado, lo formateé e instalé el Windows XP en esa máquina, poniendo el disco original como esclavo. De esta manera podría leer los datos del mismo sin problemas. Y así fue, durante unos días vi ese disco funcionando correctamente y entonces no me apuré a hacer un respaldo de toda la información importante.

Sin embargo, una mañana prendí la máquina y el sistema me indicó que el disco D (el que había puesto de esclavo) no tenía formato… Ahora sí me preocupé. ¿Qué debía hacer? consulté la situación con mi hermano y decidimos que había que usar LA herramienta más sólida  (así con LA mayúscula), para recuperar la información: SpinRite. Lamentablemente este programa no es gratis, pero el autor promete que si no te sirve, te regresa tu dinero. Así, invertí 90 dólares, cantidad que es poca cosa frente a los datos que tengo en ese disco.

SpinRite es una joyita de la programación. Escrito todo en ensamblador, ocupa sólo 170 Kbytes y arranca su propio sistema operativo (FreeDOS, un clon de MsDOS). Sin embargo, puede leer todas las particiones de los sistemas operativos en boga. El software original permite crear una imagen para ser arrancada desde un CD, o bien, desde un USB. El autor ha pensado en todas las posibilidades.

Pues bien, corrí el programa y empezó un análisis exhaustivo. Pronto el programa halló problemas y empezó su trabajo estadístico para recuperar los bytes perdidos. ¿Cómo hace esto? Aparentemente el sistema se da cuenta que los bits que checan la consistencia de los datos fallan, e intenta arreglarlos haciendo un análisis estadístico. Del cómo llega a los resultados correctos es un misterio para mí, pero aparentemente lo hace bien.

Desafortunadamente, el programa empieza a ser muy lento cuando tiene mucho que arreglar. De acuerdo a lo que el autor dice, un disco de 120 gigas lo puede revisar en unas cinco horas, pero si el sistema presenta problemas, puede empezar a tardarse. En mi caso, de cinco horas aproximadas, el sistema empezó a aumentar el tiempo para el análisis completo. De pronto me indicó algo así como ¡2400 horas para corregir todo el disco! (100 días)

Pensé que quizás encontraría problemas al principio del disco, pero que de pronto hallaría que la información estaba intacta y el tiempo de análisis se reduciría dramáticamente. Pero no fue así. El programa trabajó prácticamente una semana día y noche y sólo había logrado analizar el 2% del total del disco. Como no me urgía realmente, decidí continuar el análisis sin importarme la lentitud, pero después de alrededor de diez días hubo un cambio: el sistema se trabó literalmente y me obligó a arrancarlo. Entré a Windows a ver si podría leer el disco dañado pero nada. Y para colmo, me encontré con la novedad de que el sistema no veía los discos E y F. Así que sólo había dos opciones: o se había dañado la tarjeta controladora de disco o bien, el calentamiento de la máquina estaba causando este inconveniente.

Así que decidí apagar la computadora, y un par de horas después la encendí. En esta ocasión encontré que Windows XP podía ver los discos que anteriormente no reconoció. Muy bien, llegué a la conclusión que para mi problema particular SpinRite -que es verdaderamente un programa muy recomendable- no funcionaba. Así que le escribí al autor y le conté esta historia de terror, pidiéndole me regresara el dinero invertido. Sin mayores preámbulos me indicó que procedería a regresarme la cantidad a mi tarjeta de crédito. Le mandé un segundo mensaje mencionando los detalles específicos de mi dificultad, por si le servía de algo. Debo reconocer que la política de esta empresa es ética, que cree en la gente y que no se anda viendo cómo le saca dinero al potencial cliente.

Sin embargo, el problema seguía… ¿Qué hacer? Busqué entonces en Internet y hallé un programa: Power Data Recovery, de MT Solutions. El sistema permite recuperar archivos (a diferencia de la tarea que se impone SpinRite, que es recuperar la estructura del disco). Lo corrí en su versión demo y hallé que el programa recuperó el sistema de archivos. Entonces pedí que recuperara una imagen de menos de 64 Kbytes (límite que impone el demo) y ¡eureka! Lo logró. Entonces me hice de la versión completa y en menos de dos horas de proceso del programa, he hallado que he podido recuperar la información que tiene mi disco de 120 gigabytes.

Recuperé textos, documentos, imágenes, programas, código fuente, etc. De hecho, probablemente algunos (o muchos) de estos archivos ya los tenga respaldados en discos cuando hice mi último respaldo (hace meses), pero créanme, he aprendido la lección: hay que respaldar al menos una vez al mes. Si se pierde definitivamente la información, no perderemos más de 30 días de trabajo. Lo que sé de cierto es que a mí estas cosas no me vuelven a pasar.