La NASA quiere desviar un asteroide pero parece que va a necesitar algo de ayuda. El plan forma parte de la Misión de Redireccionamiento de Asteroides, en la que la agencia espera capturar parte de un asteroide y arrastrarlo de nuevo a la Tierra dentro de la próxima década.
A partir de septiembre de 2016 hasta agosto de 2018, la NASA aceptará propuestas de compañías privadas para tareas tales como cargas útiles y la experimentación en el asteroide. La misión de captura de la agencia consistirá en dos diferentes etapas planeadas para 2012 y 2026, respectivamente.
Durante la primera etapa, llamada Misión Robótica de Redireccionamiento de Asteroides, la NASA enviará un buque robótico a un asteroide cercano a la Tierra llamado Bennu, donde se estudiará la superficie del mismo en una serie de encuentros cercanos.
Después de identificar una roca manejable, la nave descenderá sobre el asteroide, capturará la roca, despegará y arrastrará el objeto de vuelta a la órbita lunar. Sin embargo, justo antes de que el buque viaje a la Luna, llevará a cabo una demostración de defensa planetaria, en la que se utilizará la atracción gravitacional entre el asteroide y la nave espacial para desviar suavemente la trayectoria del asteroide.
Después, los astronautas viajarán a la roca a bordo de una nave espacial Orion en la segunda fase, llamada Misión con Tripulación de Redireccionamiento de Asteroides.
En ella, la tripulación recogerá muestras de asteroides y las devolverá a la Tierra para su estudio. De acuerdo con la NASA, esto marcará el mayor recorrido de material de un asteroide que haya sido llevado a nuestro planeta por una misión espacial.
La agencia tiene la esperanza de que el material proporcionará información sobre el origen de la vida de la Tierra y el valor potencial de los recursos de asteroides, incluyendo agua y compuestos orgánicos.
Cualquier compañía interesada en formar parte de la misión, puede dirigirse a la web habilitada para ello por el Gobierno de los Estados Unidos. Deberá pasar por un proceso de selección antes de saber si pasa a formar parte de la historia de la exploración espacial.
La iniciativa profundiza aún más en la tendencia que predomina ahora en el sector aeroespacial. Después de décadas dominado por las distintas agencias gubernamentales, el espacio se ha abierto para que compañías privadas puedan operar en él. Una de ellas es SpaceX, que opera la línea de suministros a la Estación Espacial Internacional.