Después de un par de intentos infructuosos, la NASA logró lanzar la madrugada de este miércoles el cohete que transporta un satélite cuya misión es registrar más información sobre el cambio climático en el planeta, relacionado con la cantidad de dióxido de carbono que hay en la atmósfera.
El satélite llamado OCO-2 (Observatorio de Carbono en Órbita) realizará una medición nunca antes hecha por las bases terrestres que monitorean el cambio climático: revelará cuáles son los lugares del mundo donde se libera mayor cantidad de dióxido de carbono (CO2), así como en qué lugares los bosques y océanos reabsorben el carbón atmosférico, un proceso clave para regular la temperatura de la Tierra.
El OCO-2 será la primera nave espacial que llevará a cabo una lectura a escala mundial y durante varias temporadas. ««Hay mucha urgencia por ver lo que podemos obtener de un satélite como el OCO-2», dijo David Crisp, el científico líder de la misión, de acuerdo con un comunicado de la NASA.
Con los registros obtenidos por este satélite, cuya misión se planea dure dos años, los investigadores serán capaces de contar el número de moléculas de dióxido de carbono en las capas de la atmósfera y así sacar conclusiones sobre cómo la cantidad de este gas afecta en la temperatura global.
El observatorio estará a 705 kilómetros por encima del planeta y pasará por el mismo punto de la Tierra cada 16 días, registrando datos para los científicos sobre cómo los niveles de óxido de carbono cambian en semanas, meses o años.
El lanzamiento estaba programado para este martes, pero una falla lo impidió. La NASA intentó lanzar el OCO en febrero de 2009, pero el satélite se averió durante su lanzamiento, pero el Congreso de Estados Unidos aceptó financiar un repuesto, el OCO-2, construido por Orbital Sciences Corp.