Uno podría pensar que dedicarse a la exploración espacial es privativo de los gobiernos. ¿Cuánto cuesta cualquier satélite artificial? ¿Cuánta tecnología se necesita para mandar cualquier cosa al espacio? Pues bien aparentemente un equipo de dos, formado por padre e hijo, decidieron que debería ser posible entrar en la carrera espacial y se les ocurrió crear un dispositivo que fuese a unos 100,000 pies de altura (unos 30,000 metros), y con una cámara de alta definición, grabara todo lo que pasaba a esas alturas.
Después de 8 meses de investigación, lanzaron en un globo de helio, de los que se usan para la investigación del clima, una cámara de video que conectada a un GPS registraría lo que se pudiese ver a semejante altura y finalmente, gracias al GPS, poder recuperar la grabación. Así, Luke Geissbuhler y su hijo Max, lanzaron su dispositivo al espacio. He aquí toda la historia registrada en video:
Homemade Spacecraft from Luke Geissbuhler on Vimeo.
De acuerdo al profesor de Astronomía de la Universidad de Columbia, Marcel Aguera, “el experimento fue muy bueno, pero corrieron con mucha suerte“. La cámara viajante cayó finalmente a unas 30 millas del sitio de “lanzamiento”.
Luke Geissbuhler es director de fotografía y su página puede verse aquí.