Quizás se piense que la respuesta es hacer música al azar, pero al final de cuentas, la generación de números al azar puede -a la larga- generar patrones. Así pues, generar notas absolutamente al azar sin obtener patrones no es algo que se pueda hacer de manera trivial. Con mucha frecuencia necesitamos una distribución que no permita patrones obvios y entonces ya no estamos hablando de secuencias totalmente al azar.
En el siguiente video, se explica la dificultad de crear una secuencia que no tenga una estructura repetitiva (a mí se me hace que en realidad no es tan difícil: se pueden tomar por ejemplo, las cifras de Pi o e, o cualquier número trascendente, hasta pienso en la raíz cuadrada de 2, por ejemplo). De hecho, de acuerdo al conferenciante de la plática Ted, esta necesidad de crear una secuencia sin estructura repetitiva ocurrió por primera vez en los sistemas de sonar, pues se requería una señal que fuese transmitida y recibida poco después para poderla detectar sin ambigüedad. Si se encontrase algún patrón, alguna regularidad, habría la posibilidad de que no llegara la señal correcta o se confundiera con otra, casi por mero accidente.
La búsqueda de una secuencia sin estructura nos hace pensar en la teoría de Galios y en alguna parte importante de las matemáticas discretas. Eventualmente la secuencia perfecta se encontró y se convirtió a notas de piano (al final del video puede escucharse). Para asegurarse que el ritmo no tenía estructura, se usó una regla de golomb para ponerle la longitud a las notas.
Escuche y dígamos: ¿será esta la música más fea del planeta? A mí la verdad tampoco me parece que pueda catalogarse como fea. Yo la encuentro sin chiste, pues.
Fuente: i-programmer
Para saber más: La regla de golomb