Todo empezó con la conocida imagen de genio renacentista ya como un hombre mayor (aquí no faltaría quien le catalogue como adulto mayor). Esa imagen es un autorretrato de da Vinci hecho con gis rojo. La pregunta a resolver es ¿cómo sería Leonardo de joven? ¿Podría hacerse esto a partir del cómputo moderno y del procesamiento de imágenes?
La respuesta a estas preguntas depende de algún trabajo detectivesco y desde luego, el procesamiento de imágenes. La primera parte de la historia empieza cuando Piero Angela, un oscuro periodista de ciencia, inicialmente descubrió algo que lo que parecía una nariz, en la página del Código en el Vuelo de los Pájaros (uno de los tantos cuadernos y dibujos con notas que dejó da Vinci). El dibujo estaba oscurecido por la escritura y no se veía claramente la cara, pero los expertos estuvieron de acuerdo de que esto parecía ser el autorretrato de Leonardo da Vinci de joven.
Gracias al cómputo se solucionó el problema. En el 2009 Angela presentó una restauración digital del retrato, que fue creado editando los grupos de pixeles para remover la escritura que tapaba la imagen. Aohora se tiene una reconstrucción basada en el uso de algunas técnicas comunes y estándar del procesdamiento de imágenes (probablemente filtrado de imágenes).
Amelia Carolina Sparavigna del Departamento de Fisica, del Politecnico de Torino simplemente aplicó un filtro de umbral (el cual elimina pixeles si estos están fuera de un margen determinado), en donde reemplazó los pixeles oscuros por blancos en esas regiones fuera del umbral. Después, mediante un proceso de interpolación, se cambiaron esos pixeles al promedio de sus inmediatos vecinos (esto se llama utilizar un laplaciano básicamente). Y esto se hizo en toda la imagen.
Finalmente se aplicó un filtro para suavizar la imagen sin perder los detalles finos. Una vez logrado esto, se decidió usar GIMP para comparar las dos imágenes, Leonardo de joven y de viejo. La correspondiencia entre las características faciales hacen ver que estamos observando dos retratos del mismo gran hombre.
El documento original de la Dra. Sparavigna puede bajarse de aquí.