Al parecer Richard Browning, emprendedor y ahora dueño de una pequeña compañía tecnológica británica llamada Gravity, decidió cerrar el año con el pie derecho al demostrar una versión mucho más elaborada de su famoso traje volador, el cual fue inspirado por la película Iron Man que se estrenó hace casi 10 años.
Para lograr este cometido, Browning se equipó con su traje y llamó a los jueces de la famosa publicación, Guinness World Records, para lograr poner a prueba su invento, en donde los jueces le exigían que para poder obtener una marca, debía volar a la máxima velocidad teniendo el control del vuelo sobre una distancia mínima de 100 metros.
La prueba tuvo lugar en Lagoona Park en Reading, Reino Unido, donde tras dos intentos previos de prueba, el fundador y piloto de Gravity, logró su cometido al alcanzar una velocidad de 51,3 km/h en la distancia estipulada, obteniendo el record por “La velocidad más rápida en un traje de motor a reacción controlado por el cuerpo”.
Por su parte, Richard dijo: «Estoy encantado de haber establecido el récord. Estoy muy orgulloso de ser parte del Guinness World Records Day, es un placer y un privilegio tener nuestra creación única reconocida y celebrada en todo el mundo».
Además del reconocimiento obtenido, Browning declaró que el desarrollo de su vehículo volador continuará, ahora con mucho más entusiasmo, tras demostrarle al mundo que además de funcionar podría revolucionar la manera en la que nos transportamos en un futuro no muy lejano.