Divulgar la ciencia nunca ha sido fácil. La razón es que se necesitan entender las dificultades que se tiene para aprender los temas científicos y, a partir de ahí, generar contenidos que permitan a los estudiantes ver dichos tópicos de una manera más amable, menos árida.
Está claro que en ocasiones hay temas que exigen mucho esfuerzo, pero no por eso hay que desdeñar la posibilidad de introducir ciertos temas de manera que los estudiantes se sientan atraídos a investigar más.
En México, para colmo, tenemos la idea (casi por tradición) de que las ciencias son difíciles. De hecho, aquí en unocero.com hablamos de un investigador que dice haber demostrado que la física es difícil y punto, evidentemente esto hace que el rechazo a las matemáticas y a la física se haga casi de manera consistente entre los alumnos.
Curiosamente, hay científicos, físicos y matemáticos que están convencidos que no hay razón por la cual no se pueda aprender ciencia en general y con ello en mente están intentando un interesante enfoque: enseñar y divulgar la ciencia a través de una historieta.
Basado en el libro Dime abuelita por qué…, del doctor Rafael Fernández Flores (que fuese director de la Dirección General de Cómputo Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México), la empresa que él dirige ha sacado una historieta con los temas que enseña de manera amena y alegre. La historieta tiene como personaje central a una abuelita que sabe de ciencias y que le enseña a preparatorianos, algunos nietos de ella, otros amigos de sus nietos, los temas más significativos de la ciencia, con la intención de que los alumnos interesados decidan iniciar una investigación más seria de dichos asuntos.
Dime abuelita por qué… en su formato de historieta, de cómic, fue creado para ser usado como material didáctico en el nivel medio superior y ofrecer en forma fresca y amena ejemplos de la aplicación de la ciencia en nuestro entorno cotidiano. Así, los personajes principales son Leo, un inquieto joven que estudia el bachillerato, y su abuelita Emi quién le guía en su descubrimiento de la ciencia.
El cómic aparece mensualmente y contiene dos historias por número, cada una ofrece una explicación sencilla y gráfica de hechos científicos, por ejemplo, la historia ‘Mis cien palomas’ en la que los lectores acompañan a Leo en su descubrimiento del álgebra, y su uso para resolver ecuaciones lineales. En ‘La piedra en el pozo’ se explica el fenómeno físico de la caída libre al estar en riesgo el balón que Emi recibió de un famoso futbolista. En ‘La proposición I.47’ Leo descubre como se demuestra el teorema de Pitágoras. En ‘Eureka’ hacemos un viaje en el tiempo para conocer a Arquímedes y enterarnos de como descubrir cuando nos dan ‘gato por liebre’.
Hasta el momento han salido 8 números e incluso hay una versión de la historieta para el iPad, aunque todavía no explota todas las posibilidades que bien podría tener una publicación de divulgación multimedia. Sin embargo, el intento es bueno y en mi opinión tiene potencial.
Parece ser que el único antecedente a esta idea está en los Supersabios (creo que esta historieta ya desapareció hace muchos años), en donde una serie de jóvenes aprendían ciencia en aventuras de carácter científico, como ir al espacio en sus propias naves espaciales, etcétera. Sin embargo, los personajes no buscaban enseñar ciencia, sino entretener a los lectores.
Pienso que la idea del doctor Fernández es muy interesante. Habrá que darle seguimiento y a ver si funciona entre el público al que va dirigida la idea.
Referencia: Valor Agregado