En ese entonces todavía no explotaban las redes sociales como ahora y el número de usuarios de Internet en México estaba unos 15 millones por debajo de la cifra actual (que es de poco más de 51 millones; es decir, menos de la mitad de la población del país).
El hecho más representativo de que ese pronóstico no se cumplirá (al menos en el mediano plazo) se dio en febrero pasado durante la ceremonia de entrega de Premios Óscar, donde la actriz Ellen DeGeneres promovió “la selfie más retuiteada de la historia”.
Lo que hizo fue muy simple: durante un programa de televisión en vivo con gran audiencia y transmitido a todo el mundo en horario estelar, se tomó una selfie junto con varias estrellas de cine y la subió inmediatamente a las redes sociales.
Es decir, la producción del Óscar no sólo se conformó con que en las redes sociales se comentara el show, ¡sino que convirtieron a las redes sociales en parte del show de TV! El Internet no le ganó a la televisión, sino que ésta convirtió a la red en una más de sus estrellas.
El resultado, además de los más de 2 millones 599 mil retuíts que logró en las primera horas, fue simple: puso de moda a las selfies (sustantivo que ya había sido nombrado como “Palabra del Año” por el diccionario Oxford en diciembre de 2013) gracias a que el hecho de tomarse un autorretrato con un celular y subirlo a la red se masificó después de que se mostraron las «instrucciones» por televisión.
Ya no sólo se trata de que los noticiarios tomen temas que se tratan en las redes sociales para incluirlos en sus contenidos, sino que los medios ya proponen temas para ser discutidos por los tuiteros; también algunos blogueros y “youtuberos” famosos ahora participan en algunos programas de televisión (basta ver una nueva barra de programación nocturna en el canal 5 de México para comprobarlo).
Asimismo, las personalidades con más followers en Twitter y Facebook son deportistas, actores y cantantes que suelen aparecer en televisión, o si se da una revisión a los hashtags que se presentan durante los horarios estelares de la TV se puede descubrir que también están influenciados por la programación de la televisora con más audiencia en ese instante.
Inclusive en momentos coyunturales, como la actual Copa del Mundo, de la cual se habla durante el día entero, el momento en el que más crece la discusión es durante los partidos que se transmiten en televisión abierta.
Esto también lo han entendido los fabricantes de televisores, quienes ya incorporan menús en la pantalla para ver las redes sociales sin necesidad de otro dispositivo.
Otro fenómeno que indica que la televisión y el Internet no compiten, sino que este último sirve de complemento para la primera, es Netflix, donde incluso se invierten millones de dólares para producir series como “House of Cards”.
Ese tipo de series no son precisamente Internet, sino que siguen siendo televisión.
Así, la llamada “segunda pantalla” cada vez empieza a ser un complemento para la pantalla de la televisión y no tanto para el usuario, por lo que ya muchas producciones empiezan a medir su éxito no sólo en el rating, sino en las menciones de éstas en las redes sociales.
Es más, los editores de los portales de Internet saben que obtienen más visitas cuando publican temas que están “de moda” en la televisión, e incluso hay muchos que aprovechan esa coyuntura para elevar el número de pageviews; sinceramente, pensar lo contrario es remar en dirección opuesta a la corriente… y las estadísticas.
Así que hay que aceptar que el Internet ya es “una estrella más del Canal de la Estrellas”, lo cual no es malo, sino que es una oportunidad para reinventar el medio más criticado por todos, pero a la vez el más consumido en el mundo.
Hoy, el Internet es una herramienta más democrática para participar en el medio que tiene mayor alcance y penetración en el mundo. Así de simple.