Hace unos años, uno de los entrevistadores más famosos de la televisión estadounidense, Larry King (que siempre usaba tirantes, grandes anteojos y aparece, ya sea en persona o parodiado, en decenas de películas), anunció el final de su programa, pero ese retiro terminó cuando reapareció en una cadena de TV por internet (ora.tv/larrykingnow).
No es que Larry King ya no sea importante, pero dejó de tener el impacto que tenía en su emisión nocturna de CNN, en la que igual aparecían importantes políticos del mundo (varios Presidentes mexicanos pasaron por ahí) que estrellas de cine o de la música y ciudadanos comunes.
Aunque internet ha sido el “refugio” de muchos comunicadores que ya no están en los medios “tradicionales”, lo cierto es que su alcance se vuelve limitado y dirigido específicamente a ciertos nichos que, por muy grandes que sean, no tienen todavía el alcance y la influencia de la radio o la TV.
En México, hay casos similares, como el de Pedro Ferriz de Con que, tras una carrera de varias décadas en los medios, arrancó este año con su propia plataforma en internet que no se limita a un blog de noticias o a retransmitir programas de otros medios, sino que produce ahí diariamente su propio noticiario matutino.
Otro caso es el de Héctor Suárez, uno de los primeros cómicos mexicanos que hicieron crítica social y política en la televisión, y que incluso tuvo un exitoso show nocturno semanal que se transmitía en Televisa en los 80 (con un corto regreso en los 90) llamado “¿Qué Nos Pasa?”; él, ante una serie de censuras, encontró en YouTube un espacio en donde puede ejercer de manera más libre su trabajo (el mismo que hizo que lo despidieran de varias televisoras más de una vez).
Esta semana, con el caso del despido de Carmen Aristegui de MVS, se ha hablado de la opción de regresar “al aire” a través de algún espacio de internet, lo cual, en la teoría, no suena tan mal y sería extremadamente viable; sin embargo, hay temas que van más allá de una simple plataforma para dar noticias.
Producir un noticiario como el que tenía Aristegui en la radio tiene un costo, ya que hay que pagar salarios de los colaboradores, reporteros, equipo de producción y el de ella misma; además, hay que considerar otros gastos, como viáticos o herramientas de trabajo y hasta gadgets, si es que quiere seguir elaborando reportajes como los últimos que presentó la periodista en su espacio y que causaron revuelo nacional e internacional. Es decir, no podría perder la calidad que había alcanzado.
Por otro lado, los anunciantes todavía no ven a internet como un medio digno de llevarse grandes presupuestos, al menos no en los mismos montos que los que destinan para radio… que ya de por sí son bastante castigados.
Así que un posible regreso del noticiario de Carmen Aristegui a través de una plataforma de internet no es tarea fácil, ya que va más allá de crear un canal en YouTube o de ponerse a tuitear día y noche.
Un caso similar fue el de José Gutiérrez Vivó, quien tras ser el conductor de noticias más importante de la radio durante casi cuatro décadas, perdió su espacio radiofónico y, tras un par de intentos de regresar con un noticiario en internet, no ha podido consolidar un proyecto fuerte.
Todavía se podrán explorar otras opciones, como los canales de televisión digital o incluso medios impresos, pero lo cierto es que pensar en internet como una solución mágica para Aristegui es todavía un auténtico “sueño guajiro”. Así de simple.