El impuesto es una propuesta que ha sido enviada al parlamento para su consideración; implicaría que se paguen 150 forintos, que son unos 62 centavos de dólar, por cada gigabyte de información que sea transferido.
Técnicamente, el pago sería realizado por los proveedores de Internet, no por el usuario, sin embargo esto se podría traducir en alza a los precios por el servicio. Se espera que el impuesto genere alrededor de 20 mil millones de forintos anuales (82 millones de dólares) en ingresos.
Sin embargo, de acuerdo con Reuters, con el nuevo impuesto y basándose en el consumo general de Internet en Hungría durante 2013, se calcula que las ganancias ascenderían a los 175 mil millones de forintos (719 millones de dólares) bajo el nuevo impuesto.
Definitivamente esta medida sería conveniente para aliviar la situación de déficit en la que Hungría se encuentra actualmente, sin embargo, no es algo a lo que los ciudadanos estén dando la bienvenida pues desde los primeros momentos en los que se supo del impuesto surgieron organizaciones en línea para movilizarse en protesta.
Ellos señalan que actualmente ya se pagan impuestos de valor agregado y que las empresas que proveen el servicio de Internet hacen lo propio, por lo que el aumento sería injustificado. De cualquier forma, miembros de la política en el país proponen que haya un límite de pago máximo por el nuevo impuesto como una forma de reducir el impacto del mismo en caso de que sea aprobado.
Referencia: Reuters