Dos estudios neurocientíficos publicados esta semana mencionan que han manipulado las células cerebrales para crear falsos recuerdos en ratones. Con esta comprensión de cómo se crean los recuerdos, los científicos podrían ofrecer una cura para padecimientos como la enfermedad de Alzheimer, la esquizofrenia y el trastorno de estrés postraumático.
Se cree que los recuerdos se forman y almacenan en poblaciones específicas de neuronas en el cerebro. Estimular algunas regiones puede desencadenar conductas y recuerdos. Los investigadores crearon los falsas memorias mediante la activación de la memoria artificial de los ratones, reacondicionados a temer a las descargas eléctricas, cuando aún no habían sido expuestos al trauma, por lo que los ratones recordaron la situación de temor a un choque eléctrico leve.
El primer estudio es dirigido por Susumu Tonegawa del Massachusetts Institute of Technology, y demuestra que una respuesta conductual a una memoria específica puede ser inducida por la reactivación de las células que estaban activas cuando la memoria se hizo originalmente. Ellos modificaron genéticamente a los ratones con neuronas que expresaban proteínas activadas por luz (una técnica denominada optogenética). En concreto, se acopla la proteína activada por la luz con el conjunto de neuronas que se activan sólo cuando el ratón esta aprendiendo algo nuevo formando un recuerdo. Así cuando se exponían a la luz las neuronas implicadas en la memoria del miedo se encendían y los ratones se congelaban en una postura defensiva, minutos más tarde cuando la luz se apaga, los ratones se movían con normalidad.
El segundo estudio fue realizado por Marcos Mayford del Instituto de Investigación Scripps que combinó las señales externas con la actividad cerebral imaginaria para crear un ‘híbrido’ en la memoria.
Este equipo insertó genes en sus ratones que estaban vinculado a un gen natural que se enciende sólo cuando las neuronas están activas durante la formación de un recuerdo. Esta técnica les permitió disponer de una suerte de ‘interruptores’ con los que activar o desactivar las neuronas implicadas en la formación de recuerdos específicos. En el transcurso de los experimento, los científicos activaron las neuronas modificadas en los ratones que estaban aprendiendo cosas sobre un nuevo entorno.
Los investigadores eventualmente podrían apuntar el proceso de percepción a través del tratamiento farmacológico para tratar ciertas enfermedades mentales como la esquizofrenia y el trastorno de estrés postraumático, centrandose en las neuronas que intervienen cuando un paciente piensa o experimenta dichos temores para apagar las neuronas que intervienen e interfieren con los patrones de pensamiento perturbador.
Quizás un día, los recuerdos podrían ser mantenidos con vida, como en los pacientes con Alzheimer, o simplemente vacacionar sin salir de nuestra imaginación. Tal vez si se estimula la memoria, no olvidaremos jamás o podremos borrar un recuerdo horrible al más puro estilo de Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004) o Total Recall (1990).