Steve Jobs fundó el imperio tecnológico de Apple, ahora la empresa más valiosa del mundo y primera en cruzar la línea del billón de dólares en valor bursátil. Pero, al parecer, también era una terrible persona.
Y es que según muchas teorías y versiones, lo que Steve Jobs tenía de visionario, lo tenía de cruel y emocionalmente violento. Ahora, todo lo que se pensaba al respecto, ha quedado confirmado, por lo menos así lo asegura su hija Lisa Brennan-Jobs, quien en su nuevo libro de memorias, «Small Fry», prácticamente hace pedazos lo poco que quedaba de la buena reputación de su padre.
Según la descendiente del genio de Cupertino, Jobs era un tipo cruel, que no mostraba respeto por colegas, socios y familiares; también acusa a las personas más cercanas a él, incluida su esposa. Asimismo lo acusa de ser alguien egocéntrico y un «terrible ser humano», según reporta Business Insider.
Una historia rocosa
Steve Jobs inicialmente negó ser el padre de Lisa y se rehusó a pagar una pensión para ella hasta que una prueba de ADN demostró que sí lo era y un tribunal lo obligó a erogar un pago para la manutención de la entonces menor. Un episodio que se recuerda en particular es que durante años negó que el ordenador Lisa de Apple, que se estrenó justo antes del Macintosh, llevara el nombre de su hija, — antes de admitirlo ante ella y el resto del mundo.
Por eso no es sorprendente que Lisa no tenga «cosas bonitas» que decir sobre su padre biológico. Pero el volumen escrito por Brennan-Jobs narra lo mal que fue tratada por el fundador de Apple; cómo, a pesar de que ya había fundado su súper compañía de tecnología, seguía negándose a verla y financiar su manutención. Cuando finalmente se vio obligado a pagarla, se aseguró de que el caso contra él fuera cerrado días antes de que Apple saliera a bolsa y se convirtiera en multimillonario.
Este es uno de los pasajes de «Small Fry»:
En la primavera de 1978, cuando mis padres tenían 23 años, mi madre me dio a luz en la granja de su amigo Robert en Oregon, con la ayuda de dos parteras. El trabajo de parto y la entrega demoraron tres horas, de principio a fin. Mi padre llegó unos días después. «No es mi hija», le decía a todos en la granja, pero de todos modos había volado hasta allí. Tenía el pelo negro y una nariz grande, y Robert dijo: «Ella se parece mucho a ti».
Mis padres me llevaron a un campo, me pusieron una manta y miraron las páginas de un libro de nombres de bebés. Él quería llamarme Claire. Revisaron varios nombres pero no estuvieron de acuerdo. No querían algo derivado, una versión más corta de un nombre más largo.
«¿Qué pasa con Lisa?», Dijo finalmente mi madre.
«Sí. Ese «, dijo felizmente.
Se fue al día siguiente.
«¿Acaso no es Lisa para Elizabeth?», Le pregunté a mi madre. «No. Lo buscamos. Es un nombre aparte. «» ¿Y por qué le permitiste que me ayudara a nombrar cuando fingía que él no era el padre? «. » Porque él era tu padre «, dijo.
Una sobreviviente
El libro fue anunciado el 3 de agosto por la misma Lisa, pero saldrá a la venta hasta el 4 de septiembre. La crítica ha hecho énfasis en que la escritura de la hija de Jobs conlleva inevitablemente su bagaje emocional y los prejuicios de la relación poco óptima que tuvo con su padre, de la que se denomina una sobreviviente; alguno incluso hablan de abuso infantil.
(Esta es una historia asombrosa de abuso infantil, y el hecho de que la autora no lo reconozca y el periodista la trate como una crueldad voluble en lugar de un patrón arquetípico de abuso es la parte más triste de todas)
¿Sin logros notables?
El remate de la versión de Lisa Brennan-Jobs es cuando pormenoriza los logros de su padre. Nadie puede negar que Steve Jobs es el responsable de la resurrección de Apple y de convertirla en la empresa de tecnología de consumo más importante del mundo.
Pero para Lisa, esos logros palidecen contra los métodos de Jobs. De acuerdo con su libro, el gran Steve recurría a la subcontratación de Apple de miles de empleos en fábricas en el extranjero y varias estrategias no muy éticas que hizo para evitar el pago de impuestos.
También dirigió la empresa y se benefició personalmente cuando retrocedió en las opciones sobre acciones para hacerlas más valiosas, pero dejó que otros ejecutivos cayeran.