El lunes 23 de septiembre de 1991 publiqué este Desde el Teclado en la sección financiera del periódico Excelsior, donde vivió por 10 años mi colaboración. Me permití reproducirla aquí de forma íntegra ya que habla de la primera Mac que compré. Sin duda, leer de nuevo es volver a vivir!
A Dieta de manzanas…
“Cómprate una Mac, vives en el error” “¿Cómo, todavía usas esas porquerías de PC con tecnología obsoleta?”. “Realmente no entiendo cómo puedes vivir sin una Macintosh; yo soy feliz con ella, hace todo lo que te puedas imaginar”… “Libere el poder su mente” decía un aviso publicitario de la empresa… (muy buen slogan, por cierto).
Invadido por estos comentarios, la propaganda y un poco de terquedad, terminé adquiriendo una computadora Macintosh modelo Classic. Sí, muchos me han dicho que es la más sencilla, que estoy limitado, que cómo fui a comprar ese modelo, pero las finanzas, al fin de cuentas, deciden cuál es el modelo adecuado la chequera. Después de todo, la adquisición es sólo para conocerla y vivir realmente la experiencia. No sólo escuchar opiniones.
A lo largo de una serie de artículos (A dieta de manzanas) intentaré transmitir mi experiencia frente a las computadoras Macintosh de la compañía Apple Computer, Inc. (se pronuncia “máquintosh”) y muy en especial respecto al modelo Classic. La más económica disponible al público en general.
Llegó el día. “Te la mando mañana”. “¿Es el mejor precio que me puedes dar?” “Sí, el mejor y ya están muy baratas”. – “Bueno, pues adelante y gracias”. Fue un fin de semana literalmente sentado frente a ella. Descubriendo, leyendo manuales (cosa rara, ¿no?) metiendo y sacando diskettes, apuntando y oprimiendo el ratón. Imprimiendo. Volaba el tiempo.
– “Oye, ¿pero cómo le hago para colocar ese init?”
– “Nada más muévelo a la carpeta del sistema “, breves instrucciones de amigos, y otras no tan breves que se convertían en verdaderos maratones frente a ella.
– “Se me hace que te vamos a cambiar el apellido, y ahora serás Mactuk”, decía otro.
– “Qué bárbaro, en unos cuantos días ya manejas toda la jerga de estas máquinas, intis, cdevs, folders, stacks” – “Eres todo un MacUser”.
Y así pasó el tiempo, unos cuantos días, hasta que por fin sucumbió ante mí. Unos ruidos extraños, una serie de rechinidos como de metal… el trabajo de dos horas diluyéndose ante mi vista . – ‘¿Bueno?’ oye, creo que la Macintosh está fallando” .”Ah, caray, qué raro, qué mala suerte … tráela y la cambiamos”.
Para no aburrirlos con detalles, la susodicha no funciono del todo bien, parece que le dolía el disco duro y el mouse venía con matraca incluida. Toda la maravilla de la tecnología Apple “para liberar el poder de su mente” sólo me liberó una serie de conclusiones, por ejemplo, de que no todo lo que brilla es oro.
Preocupado, el vendedor procedió a cambiarme la maquina completa. -“qué raro, eso casi nunca sucede, y menos tratándose de Macintosh Apple”. Pues eso es exactamente lo que yo suponía, que no fallaría nunca la computadora, y menos con tan poco tiempo de uso. Casualmente encontré en esas oficinas a un gerente de Genetec (representantes de Apple en México), quien me confirmo lo mismo: “Casi nunca fallan, qué raro”.
En fin, con máquina nueva procedí a reinstalar lo instalable; es decir, algunos programas. Conectar impresora, modem, etc. y parece ser que no ha fallado en sus primero días junto a un servidor. Por cierto, tiene un detalle mínimo la pantalla de vídeo, haga de cuenta que se aprecia una delgadísima línea a todo lo alto, cuando se encuentra en el “desktop” (o escritorio de trabajo). Es un detalle mínimo, que no debería de ser, pero ahí está, en una Macintosh de Apple.
La magia de las computadoras Macintosh reside en su facilidad de uso y también en el apasionamiento que lo usuarios poseedores de esta marca llegan a sufrir. – “Te paso cientos de stacks, el HyperCard es una maravilla’ -¿Ya viste el Excel 3.0 para Mac? … no te lo acabas”, comentarios comunes entre las personas a las que les he platicado de mis experiencias con ella.
Ahora, para terminar esta primera entrega, voy a mencionar algunos aspectos técnicos de este modelo de Apple Macintosh. El microprocesador es un 68000 de 32 bits corriendo a 7.8336 megahertz. La máquina viene en dos configuraciones estándar: con 1 Mb de memoria RAM y 1 unidad de diskette llamada SuperDrive con capacidad de 1.44Mb, y con 2 Mb de RAM, el mismo diskette y un disco duro de 40 Mb. La unidad de diskette SuperDrive, permite leer, además del formato de Apple, discos grabados en computadoras corriendo MS-DOS, PC-DOS y OS/2. Es decir, puede leer y grabar datos de máquinas con “tecnología obsoleta”.
La pantalla de vídeo de la Classic es minúscula, con sólo 9 pulgadas de tamaño (medida transversal) y una resolución de 512 por 342 puntos, en un solo color. Si sufre de la vista, este monitor le va a causar dolores de cabeza.
El disco duro es de 40 Mb con interfase SCSI, no encuentro más información acerca del número de cabezas, platos, velocidad de transferencia, etc.
En cuanto a las conexiones, viene con puertos para una unidad de diskette externa, puerto SCIS, para impresora, para módem, para el teclado (ahora llamado ADB Apple Desktop Bus) y un conector de salida de audio. El mouse se conecta al teclado que viene en español.
Otras características técnicas de este modelo son el generado de sonido con cuatro voces de 8 bits de conversión digital analógica utilizando un índice de muestreo de 22 khz, capacitado para alimentar auriculares estereofónicos u otros equipos estero a través del jack de sonido”. Pero esto es confuso, ya que la salida de audio es de dos canales, pero nunca en estéreo. Engaña el folleto.
Es todo por el momento. He recibido ya dos paquetes que solicite a una gran compañía de software. Dentro de poco estaré escribiendo sobre ellos, y sobre todo, sus diferencias entre las versiones para el estándar mundial en computación personal (sí, la IBM-PC) y Macintosh.
ESCRIBA O LLAME
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Por ahí tengo esa máquina… a ver si la recuperamos para hacer algo con ella. Ah, por cierto, hace 20 años no había Internet, ni correo electrónico. Claro que teníamos módems, de los primeros! Obvio ni el apartado postal existe ya y, claro, para la gran mayoría eso de “N,8,1” es realmente antiguo).