Durante las últimas horas, medios nacionales hicieron eco de un supuesto hackeo a la seguridad cibernética de los sistemas de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), el cual fue atribuible a un grupo de hackers denominado Guacamaya.
En esta violación a los sistemas de la Sedena, se revelaron miles de documentos confidenciales del gobierno federal mexicano, aunque México no fue el único blanco de este ataque.
Más allá de los detalles que se descubrieron en los documentos filtrados, resulta interesante reconocer quiénes son y qué buscan los integrantes de Guacamaya, grupo que ya ha logrado poner en jaque a varias administraciones de gobierno en América Latina.
Una de las primeras veces que escuchamos de este grupo de hackers fue el pasado 19 de septiembre, cuando el organismo se adjudicó una violación al sistema de seguridad del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Chile (EMCO), ocasión en la que se filtraron cerca de 400 mil correos electrónicos del organismo.
Hasta aquel momento, Guacamaya se centraba en revelar datos confidenciales de empresas mineras y petroleras que, a decir del grupo, habrían violado los derechos y bienestar del medio ambiente en «Abya Yala», forma en la que se refieren a América Latina.
Lo cierto es que este enfoque cambió en meses recientes, cuando Guacamaya anunció el operativo «Operación Fuerzas Represivas».
Guacamaya ¿quiénes son?
Según lo publicado por el colectivo en un comunicado, este plan tendría como fin revelar información confidencial de instituciones policiales y del ejército de diversos países en Latinoamérica, incluidos Chile, El Salvador, Perú, Colombia y México.
El grupo afirma que estas dependencias de gobierno en dichos países ejercen el control y monopolio de la violencia a nivel intra-estatal”, al tiempo que sirven a los supuestos «propósitos capitalistas» de Estados Unidos:
“Es en estas supuestas independencias y en su supuesto camino a la libertad y la democracia, donde se crean los ejércitos armados (…). Es por esto que Guacamaya nos filtramos en sus sistemas y hacemos pública la propia documentación de estos entes del terror, donde queda demostrado lo anteriormente expuesto”
Con esto en mente, Guacamaya se define autodefine como:
«Somos todas, todas aquellas personas afectadas ancestralmente por la invasión y el despojo a Abya Yala; somos las hijas y los hijos de aquellos que defendieron la vida, con la vida misma, somos del sur, del centro, del norte, del caribe, somos hijas e hijos de la madre tierra, estuvimos, estamos y estaremos en cualquier rincón donde el invasor, colono, neo colono, saqueador extractivista, viole los derechos«
El pendiente de la ciberseguridad en LATAM
Así estamos frente a un grupo que, contrario a la idea común de los hackers en el mundo, no se mueven por intereses económicos (cuando menos en primera instancia), sino que tienen motivadores sociales y políticos.
En este punto, lo que queda demostrado después de la extracción de cerca de 6 terabytes de información de la Sedena y miles de documentos en otros países de la región, es que Latinoamérica tiene una deuda grande en términos de ciberseguridad.
La historia ha demostrado que en momentos de tensión política y social interna o externa, para los gobiernos proteger sus sistemas de ciberataques debe ser una cuestión crítica. No obstante, todo indica que Latinoamérica no está lista para afrontar el reto.
Tan solo durante 2021, los ciberataques aumentaron 600 por ciento en la región, al sumar 289 mil millones de intentos de hackeo, según datos de Fortinet. Visto por países, México se ubica en la primera posición con 53.9 por ciento de los intentos, seguido por Brasil con 30.6 por ciento.
Adicional, a decir d el Índice Nacional de Ciberseguridad de la E-Governance Academy, Latinoamérica se ubica en el sexto lugar de las regiones en el mundo que han priorizado el desarrollo de estrategias y mecanismos de cberseguridad, apenas por encima de África y Oceanía.