En un triunfo para la empresa líder en las búsquedas de Internet, Google, una Corte en California rechazó la demanda que se presentó contra la compañía por desigualdad de género. En septiembre pasado, tres ex-empleadas (mujeres, desde luego), demandaron a Google, alegando que la compañía «estaba involucrada en un pago pervasivo y sistemático, que promovía la discriminación».
La queja indica que las mujeres ganaban menos que los hombres, en donde se les asignaba a trabajos de pagos más bajos, y que eran promovidas con menos frecuencia. Las demandantes pedían una acción de clase en beneficio de las mujeres que habían trabajado en Google en California en los últimos cuatro años. Las mujeres demandantes son: Kelly Ellis, Holly Pease y Kelli Wisuri, que trabajaron en Google en los cuarteles generales de Mountain View, en California.
Esta semana un juez rechazó la petición de hacer esto una acción de clase. El juez dijo que esto era un exceso, indicando que «no pretende distinguir entre las empleadas que pueden tener reclamos válidos contra Google basados en su presunta conducta de aquellos que no lo hacen».
Jim Finberg, el abogado que representó a las mujeres, dijo que el plan de sus clientes era presentar una queja de clase buscando una acción certificada. Básicamente esto quiere decir que si las mujeres hubiesen ganado el caso, Google habría perdido la demanda no contra las tres mujeres, sino contra todas las mujeres que hubiesen trabajado en Google en los últimos cuatro años, aunque ninguna hubiese puesto demanda alguna.
De acuerdo a la demanda, en el análisis hecho a datos del Departamento del Trabajo de los Estados Unidos, sobre 21 mil empleados de Google del 2015, «se encontraron disparidades de compensación sistemáticas contra las mujeres considerando toda la fuerza laboral».
Google indicó que hizo su propio análisis de las compensaciones a sus empleados, mostrando que no hay ninguna brecha en el pago de acuerdo al género, citando que paga 99.7 centavos por cada dólar que recibe un hombre. Y de hecho, puso a disposición de quien quiera su metodología de pagos para que otros hombres de negocios prueben sus propias compensaciones en la práctica.
«Como ya hemos dicho, trabajamos duro realmente para hacer un gran lugar de trabajo para todos y para darle a todo el mundo la posibilidad de prosperar. Si vemos problemas o discrepancias individuales, trabajamos para eliminarlas», indicó Gina Scigliano, una vocera de Google.