Los efectos de la augurada recesión ha comenzado a ser más evidente en el terreno tecnológico en donde grandes firmas como Microsoft, Meta y Tesla, por mencionar algunas, han anunciado despidos y recortes en contratación. Google es la última en sumarse.
En horas recientes, se dio a conocer un memo interno enviado por Sundar Pichai, CEO de Google y su empresa matriz, Alphabet, en donde se explica que a consecuencia de la «perspectiva económica global incierta», el ritmo de contratación de la empresa se reducirá en lo que resta del año.
Adicional, Pichai invitó a los empleados a ser «más emprendedores» y a trabajar con «más hambre» ante la situación.
De manera puntual, en el mencionado documento interno se lee:
«El panorama económico global incierto ha sido lo más importante. Como todas las empresas, no somos inmunes a los vientos en contra económicos. (…) En el futuro, debemos ser más emprendedores, trabajar con mayor urgencia, un enfoque más nítido y más hambre de lo que hemos mostrado en los días más soleados. En algunos casos, eso significa consolidar donde las inversiones se superponen y agilizar los procesos. En otros casos, eso significa pausar el desarrollo y redistribuir recursos a áreas de mayor prioridad»
De esta manera, luego de haber contratado durante el segundo trimestre del año a 10 mil trabajadores, Google enfocará sus nuevos fichajes en áreas estratégicas de ingeniería, técnicos y otros.
Aunque por ahora no se confirman despidos, palabras como «redistribuir» o «pausar» ciertos proyectos, ponen sobre la mesa una posibilidad que ya es visible en el negocio de otras tecnológicas como Microsoft, firma que anunció el despido del 1 por ciento de su plantilla laboral.
De Google y la industria ¿qué pasa?
La industria tecnológica enfrenta ahora mismo una tormenta perfecta, que ha obligado a grandes jugadores como Google a repensar sus estrategias de negocio, en donde como ha sucedido históricamente, hacer más con menos es la norma.
Y es que el escenario está lejos de ser cuando menos estable. La inflación sumada a las afectaciones en la cadena de suministro y a los temores de una recesión en Estados Unidos han puesto sobre las cuerdas a la empresas tecnológicas sin importar su tamaño.
Para el usuario final, esto supone algo más que simples retrasos en lanzamientos o novedades. A la postre, veremos un aumento importante en los precios de dispositivos y servicios, así como una avalancha de nuevas suscripciones que buscarán garantizar ingresos.
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