Recolectar datos de los usuarios es tan necesario como riesgoso para las empresas tecnológicas. Y es que aunque de esta información dependen muchas de las líneas de su negocio, el escrutinio sobre la privacidad de los usuarios pone en la mira a estas prácticas a tal grado de convertirlas en millonarias multas. Google sabe de lo que hablamos.
En más de una ocasión esta firma se ha visto envuelta en acusaciones alrededor del manejo que hace de los datos de sus usuarios en todas sus plataformas y ahora, un nuevo caso en Australia, la obligará a pagar cerca de 40 millones de dólares.
Tal como reportan diversos medios, el Tribunal Federal Australiano (TFA) ha impuesto una sansión a Google por 60 millones de dólares australianos (42 millones de dólares estadounidenses) por supuestamente haber engañado a los usuarios de Android sobre los procesos de recolección de datos de localización.
A decir de la autoridad, la recolección de datos realizada a través del sistema operativo móvil entre diciembre de 2016 y finales de 2018, fue indebida y no autorizada al tiempo que calificó la conducta de Google como «engañosa».
Este problema no es para nada nuevo. Desde 2011, el TFA indicó que Google había violado la Ley Australiana de Competencia y Consumo al entregar «representaciones falsas y engañosas» a sus clientes de sus procesos de recolección de datos de ubicación desde Android.
En aquel momento, Google apeló. Sin embargo, ahora se indica que los delitos probados se concentran en revisar sin permiso el historial de localización así como ver la actividad de internet y dentro de las apps móviles.
Una más para Google
De acuerdo con la denuncia, Google habría engañado por dos años a cerca de 1.29 millones de usuarios al no entregar información adecuada sobre las configuraciones manuales que se podían desactivar para que los usuarios evitarán que Google recolectará, almacenara y usara sus datos sobre geolocalización.
Adicional, las autoridades afirman que la empresa no indicaba a sus usuarios que al encender la función «actividad de internet y aplicaciones», la compañía seguía recolectando su información por medio de los dispositivos móviles.
A través de Reuters, Gina Cass Gottlieb, titular de laComisión Australiana de Competencia y Consumoel fallo “es un muy fuerte mensaje a las plataformas digitales y otras compañías de todos los tamaños sobre la imposibilidad de engañar a los consumidores en cómo se obtienen y usan su información”.
Esta no es la primera vez que Google se ve amenazado por este tipo de situaciones, y aunque la compañía ha buscado la manera de hacer sus servicios más amigables, es cierto que el camino por recorrer aún es amplio.