‘Don Beto, Don Beto ya tendremos dos nuevas cadenas de televisión’ diría el spot de gobierno en los noventas. Para otros sería ‘hasta no ver no creer’. Sin embargo, la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF) del programa de licitaciones de dos cadenas nacionales de televisión es un paso importante en este maratón digno de los más grandes intereses, quise decir atletas.
Es un proceso que requerirá mucha resistencia del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los tribunales colegiados en materia administrativa, las empresas interesadas en participar, las empresas interesadas en que no participen y, sobre todo, de la sociedad civil y los medios de comunicación durante la cobertura de la licitación. Es un hecho inédito en la historia de la televisión en México y, por lo mismo, se verá afectado el ecosistema competitivo del mercado de los medios masivos de comunicación liderado hasta hoy por la misma televisión.
En ese sentido, el programa publicado por el IFT en el DOF el 20 de diciembre de 2013 considera que, “actualmente, este mercado registra un alto nivel de concentración, ya que Grupo Televisa (“GTV”) y Televisión Azteca (“TVA”) en su conjunto concentran, directa o indirectamente, 95 por ciento de las concesiones, 96 por ciento de la audiencia y 99 por ciento de los ingresos por publicidad, asociados con la televisión abierta comercial. Particularmente, la oferta de espacios publicitarios de alcance nacional en televisión abierta, que conforma un segmento de mercado especialmente valioso para una variedad de anunciantes de productos y servicios de consumo masivo, se encuentra casi completamente concentrada por GTV y TVA. En este caso, las posibilidades de competencia solamente pueden venir de otras cadenas de televisión abierta de cobertura nacional”.
El mismo documento lista las 246 localidades a nivel nacional sobre las que se llevará a cabo la licitación de dos cadenas nacionales de televisión digital terrestre. Ya hemos comentado los beneficios de la transición a la televisión digital terrestre y del apagón analógico para una mayor pluralidad de contenidos, reacomodar el espectro y dar cabida a servicios más eficientes con mayor demanda como la banda ancha.
La pregunta que realmente no puedo contestar es, ¿para cuándo? Técnicamente, “la fracción II del artículo Octavo Transitorio del Decreto de Reforma Constitucional, establece que el Instituto Federal de Telecomunicaciones, en un plazo no mayor a ciento ochenta días naturales a partir de su integración, deberá publicar las convocatorias y bases respectivas para licitar nuevas concesiones de frecuencias de televisión radiodifundida que deberán ser agrupadas a efecto de formar por lo menos dos nuevas cadenas de televisión con cobertura nacional, bajo los principios de funcionamiento eficiente de los mercados, máxima cobertura nacional de servicios, derecho a la información y función social de los medios de comunicación, y atendiendo de manera particular las barreras de entrada y las características existentes en el mercado de televisión abierta”.
El IFT se integró el pasado 11 de septiembre de 2013, por lo que 180 días después las convocatoria y las bases deberán estar listas; es decir, el 10 de marzo de 2014. Y, de ser así, podríamos ver los nuevos canales digitales para principios de 2015 pero no sorprendería que se retrasara debido a que vamos atrasados también con las leyes secundarias de la reforma en telecomunicaciones. Pero dijimos que esto era de resistencia así que, ¡vamos maratonistas!
Se puede consultar el DOF en este link.