Montado en un endoscopio, el dispositivo entra en el aparato digestivo del paciente a través de la boca. Tiene una pinza para agarrar los tejidos cancerosos y un gancho que los corta y coagula la sangre para frenar la hemorragia.
Según el profesor Lawrence Ho, que ayudó a diseñar el robot dice: “Nuestros movimientos son muy grandes y si queremos hacer movimientos muy finos, nuestras manos tiemblan, en cambio, los robots pueden ejecutar movimientos muy finos sin temblar”.
El cáncer de estómago, o gástrico, es el segundo más importante por número de muertes en todo el mundo y es particularmente común en el este de Asia. El diagnóstico de cáncer gástrico habitualmente se produce en una etapa final de la enfermedad, cuando el tratamiento es difícil y a menudo infructuoso.
Louis Phee, profesor adjunto de la escuela de ingeniería mecánica y aeroespacial del Instituto Tecnológico Nanyang de Singapur, ayudó a Ho a diseñar el robot. Lo crearon tras una cena de mariscos en Singapur en el 2004 con el destacado cirujano de Hong Kong, Sydney Chung, quien sugirió que dieran la forma de cangrejo al robot. “El cangrejo puede recoger tierra y sus pinzas son muy fuertes, muchas cosas son seguras porque han evolucionado y se han adaptado a ciertas funciones, creamos algo que asemeja la anatomía humana y tomamos prestadas ideas de la naturaleza e incorporamos las dos”, dijo Ho.
Cuenta Ho que el robot ya ha sido probado con éxito en cinco pacientes en la India y Hong Kong. Los investigadores crearon una compañía en torno al invento y esperan que el robot esté disponible para su comercialización en el mercado en menos de tres años.